La Comunidad de Madrid ha superado los 1.000 kilómetros de tuberías de agua potable desde 2018, cuando la empresa pública Canal de Isabel II puso en marcha el Plan Red, que tiene como objetivo incrementar la eficiencia y garantizar la calidad de su consumo mediante la sustitución de aquellas canalizaciones más antiguas.
El gran impulso a este programa se dio en 2021 con la adjudicación del mayor contrato de la historia de la empresa pública. Está dividido en 10 lotes para poder abarcar hasta 163 municipios y cuenta con un presupuesto de 350 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos.
Gracias a ello, los kilómetros de red mejorados en los dos últimos años casi se han duplicado con respecto a la media histórica: en 2023 se instalaron 257,5 de nuevas conducciones, la cifra más alta en un solo ejercicio, mientras que en 2022 fueron 190.
Canal de Isabel II prevé renovar otros 260 a lo largo 2024, llegando a los 1.200 cuando concluya este ejercicio. Guadarrama, Alpedrete, Griñón, Colmenar Viejo, Guadalix de la Sierra y Madrid capital, en sus distritos de Carabanchel y Ciudad Lineal, son algunas de las localidades cuyas redes de distribución se están modernizando este año.
La empresa pública madrileña desarrolla las actuaciones de manera coordinada con todos los ayuntamientos, que conceden las licencias y permisos para ejecutar las obras. El Plan Red permite reemplazar las canalizaciones obsoletas por otras de materiales más avanzados y modernos. Por ejemplo, la compañía está instalando conducciones de fundición dúctil (hierro aleado con grafito) de hasta 800 milímetros de diámetro. Estas tuberías presentan mayor resistencia, lo que minimiza la probabilidad de que se produzcan roturas.
La red de Madrid, la que menos agua pierde
El esfuerzo inversor en los últimos tiempos ha consolidado a la Comunidad de Madrid como la región con la red de agua potable más optimizada del país. La modernización de las infraestructuras de distribución ha propiciado una mejora significativa en los índices de rotura en las tuberías, disminuyendo este indicador en los últimos 18 años un 56%.
Con todo, es la región que menos agua desperdicia de España, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Así, las pérdidas reales son un 76% inferiores a la media nacional, con un 3,96%, mientras que la media del país es del 15,36%. Este valor representa el porcentaje del agua derivada para consumo que no llega a su destino final debido a fugas, roturas o averías en la red de suministro.
Además de mediante renovaciones continuas, Canal obtiene estos resultados de eficiencia invirtiendo no solo en infraestructuras sino en innovación. La sectorización en partes más fácilmente controlables, la monitorización del caudal mínimo nocturno y la vigilancia permanente con multitud de indicadores han dado excelentes resultados en la detección temprana de fugas.
Actualmente, la empresa pública trata de mejorar todavía más este aspecto a través del control de la presión y el ruido dentro de los sectores, así como con el uso de métodos basados en imágenes satélite o fibra óptica. Con todo ello, la red de distribución de la región se encuentra entre las más optimizadas del mundo.
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