Carta recibida y publicada en el blog Network Dispatches
1. En primer lugar, todos deberían estar fuera de aquí. Es extremadamente irritante que después de todo lo que hemos gastado y hecho para hacer nuestras ciudades seguras para los automóviles, ellos sigan colapsando las calles. Esto es injusto.
2. Las máquinas en sí mismas no son modernas. Personalmente me parecen feas, débiles, impotentes... afeminadas si se quiere.
3. Se cruzan en el camino de nuestros coches y hacen que conductores como yo (todos los conductores en realidad) nos pongamos nerviosos. Nos distraen y ocasionan accidentes. Realmente nos cuestan dinero.
4. Aunque cueste creerlo, hay ciudades que están empezando a recortar el espacio de la calle destinado a los coches, para concedérselo a las bicicletas. Esto es demencial y reaccionario. No podemos permitir que continúe.
5. Incluso empiezan a ocupar espacios de estacionamiento. Y sin embargo todos sabemos que un abundante (y preferiblemente libre) aparcamiento es la clave de una ciudad con éxito.
6. No me gustan los ciclistas. Siempre tienen la autoridad moral. Son arrogantes. No saben su lugar. Los encuentro desenfrenados, agresivos y amenazantes. Es un gran alivio saber que estoy separado y protegido de ellos por la chapa de mi coche.
7. Son una amenaza para mí cuando estoy tratando de recorrer las distancias cortas que tengo que cubrir a pie una vez he estacionado mi coche. Son muy peligrosos.
8. Parecen basura. ¿Has visto alguna vez miles de bicicletas estacionadas en algún tipo de espacio público?
9. Afortunadamente la industria de la bicicleta es pequeña en términos de su alcance económico y político, por lo que la razón irá a los coches. Más automóviles.
10. Por último, ¿sabías que incluso no pagan impuestos? Desde luego, esto si que es injusto.
Espero que sea solo una carta buscando la provocación y que realmente no existan ciudadanos que piensen como este individuo... al menos en la ciudad en la que yo circulo con mi bicicleta.