Emiten más partículas -PM2,5 PM10- y NO2
A lo largo de 2012, el 94% de la población española respiró aire contaminado, de acuerdo a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así se desprende de los datos recogidos en todo el Estado español y analizados por Ecologistas en Acción en su informe anual (PDF).
La gestión de la red de estaciones de la ciudad de Madrid depende del Ayuntamiento de la capital, por lo que se analizará por separado la situación en la ciudad de Madrid y la del resto de la Comunidad, cuya gestión depende del Gobierno regional.
En la capital el contaminante que más incidencia presentó en 2012 fue el dióxido de nitrógeno (NO2), con 10 de las 24 estaciones que componen la red registrando concentraciones medias anuales superiores al valor límite establecido por la normativa (40 μg/m3), algunas de ellas, como la de Escuelas Aguirre o Fernández Ladreda, presentando concentraciones muy elevadas. El valor medio de toda la red (39 μg/m3) se situó al borde del límite legal.
De hecho, si se descuentan las tres estaciones ubicadas en los grandes espacios naturales o parques periurbanos de la ciudad Madrid (Casa de Campo, El Pardo y parque de Juan Carlos I), que en modo alguno son representativas del aire que respira la población madrileña, la media anual del resto de las estaciones de la red de la capital rebasa el valor límite anual establecido por la normativa.
Las partículas en suspensión PM10 y PM2,5, aunque en menor medida que el dióxido de nitrógeno, también presentaron una incidencia relevante en la capital: en ambos casos el valor medio anual de todas las estaciones de la ciudad fue superior al valor recomendado por la OMS.
El ozono troposférico por el contrario presentó superaciones elevadas en las estaciones que presentaron las menores concentraciones en dióxido de nitrógeno (NO2). Un fenómeno completamente natural ya que en los lugares donde se emiten elevadas cantidades de NO2 no se forma ozono. Solo cuando el NO2 se expande y aleja de los focos de emisión, y en combinación con otros compuestos y de la radiación solar, es cuando tiene lugar su formación. Por esta razón, los peores niveles se dieron en las estaciones ubicadas en grandes parques y/o zonas periféricas: Casa de Campo, El Pardo, parque de Juan Carlos I, parque de El Retiro, Barajas Pueblo y Tres Olivos. En todas ellas se sobrepasaron en varias decenas de ocasiones el valor octohorario recomendado por la OMS, siempre por encima de las 25 veces que la normativa establece como máximo anual (sobre un promedio de tres años) para evaluar este valor límite.
Con respecto al resto de la Comunidad de Madrid, los contaminantes que mayor incidencia presentaron durante 2012 fueron el ozono troposférico y las partículas PM10 y PM2,5. En lo que se refiere a ozono troposférico todas las estaciones presentaron superaciones muy elevadas el valor octohorario recomendado por la OMS. De aplicarse las 75 superaciones máximas de este valor límite que la normativa permite durante tres años, el 86% de las estaciones las habría sobrepasado en tan solo un año. En lo referido a los límites legales, en todas las zonas que configuran la Comunidad de Madrid hubo estaciones que sobrepasaron también el valor octohorario que fija la normativa, esto es, se situaron por encima de las 25 superaciones, el máximo permitido durante un año como promedio de tres años.
Los peores niveles tuvieron lugar en el Corredor del Henares, la Sierra Norte y el valle del Tajuña. Por estaciones, las peores concentraciones se dieron en: Alcalá de Henares, Alcobendas, Algete, Torrejón de Ardoz, El Atazar, Guadalix de la Sierra, Majadahonda, Arganda del Rey, Orusco de Tajuña y San Martín de Valdeiglesias, por mencionar algunas. Todas ellas registraron más de 97 días de superación del valor octohorario recomendado por la OMS, y más de 37 respecto al establecido en la normativa. Asimismo, en las seis primeras se produjeron varias superaciones del Umbral de Información a la población.
En partículas en suspensión en prácticamente todas las estaciones se sobrepasaron las medias anuales recomendadas por la OMS para PM10 y/o PM2,5.
Por último, el dióxido de nitrógeno (NO2) presentó también concentraciones medias anuales por encima de los establecidos por la normativa en las ciudades de Leganés y Coslada, quedando Getafe muy próximo al límite. Este dato es muy significativo, puesto que dichas estaciones se encuadran en las zonas de Corredor del Henares (Coslada) y Madrid Urbana Sur (Leganés y Getafe). Ambas zonas se vieron obligadas a solicitar a la UE una prórroga del cumplimiento de los valores límite de NO2, por haberlos vulnerado en el año 2010 (en realidad llevaban vulnerándolos desde al menos diez años antes). Inexplicablemente, la Comisión Europea estimó favorablemente la solicitud de la prórroga (que en cambio denegó a otras zonas en similares condiciones de incumplimiento, como Madrid ciudad, Área de Barcelona o Palma). Ecologistas en Acción denunció este hecho en su momento, señalando que suponía premiar a los incumplidores de la legislación ambiental y una invitación a la inacción. Lamentablemente los hechos nos dan la razón, puesto que ambas localidades han seguido superando el valor límite anual de NO2 los dos años siguientes (2011 y 2012), sin que se haya adoptado ninguna iniciativa significativa y eficaz para encarar el problema.
El cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de la ciudad de Madrid y las ciudades ubicadas en el Corredor del Henares como las principales zonas contaminadas, aunque también se producen elevados índices de contaminación en las ciudades limítrofes situadas al sur de la capital y de ozono troposférico en el resto de la región. La causa de esta elevada contaminación reside fundamentalmente en el intenso tráfico rodado que circula diariamente por los corredores de acceso y salida de la capital, así como por el intenso tráfico del interior de la ciudad. Sin embargo, la contaminación generada en el área metropolitana de Madrid se extiende por todo el territorio madrileño, dando lugar a la formación de ozono troposférico que incide muy negativamente durante los meses estivales en zonas tan alejadas como la Sierra Norte, el valle del Alberche o del Tajuña; lugares por otro lado elegidos por muchos habitantes de Madrid para pasar los fines de semana y periodos vacacionales.
La gestión de la red de estaciones de la ciudad de Madrid depende del Ayuntamiento de la capital, por lo que se analizará por separado la situación en la ciudad de Madrid y la del resto de la Comunidad, cuya gestión depende del Gobierno regional.
En la capital el contaminante que más incidencia presentó en 2012 fue el dióxido de nitrógeno (NO2), con 10 de las 24 estaciones que componen la red registrando concentraciones medias anuales superiores al valor límite establecido por la normativa (40 μg/m3), algunas de ellas, como la de Escuelas Aguirre o Fernández Ladreda, presentando concentraciones muy elevadas. El valor medio de toda la red (39 μg/m3) se situó al borde del límite legal.
De hecho, si se descuentan las tres estaciones ubicadas en los grandes espacios naturales o parques periurbanos de la ciudad Madrid (Casa de Campo, El Pardo y parque de Juan Carlos I), que en modo alguno son representativas del aire que respira la población madrileña, la media anual del resto de las estaciones de la red de la capital rebasa el valor límite anual establecido por la normativa.
Las partículas en suspensión PM10 y PM2,5, aunque en menor medida que el dióxido de nitrógeno, también presentaron una incidencia relevante en la capital: en ambos casos el valor medio anual de todas las estaciones de la ciudad fue superior al valor recomendado por la OMS.
El ozono troposférico por el contrario presentó superaciones elevadas en las estaciones que presentaron las menores concentraciones en dióxido de nitrógeno (NO2). Un fenómeno completamente natural ya que en los lugares donde se emiten elevadas cantidades de NO2 no se forma ozono. Solo cuando el NO2 se expande y aleja de los focos de emisión, y en combinación con otros compuestos y de la radiación solar, es cuando tiene lugar su formación. Por esta razón, los peores niveles se dieron en las estaciones ubicadas en grandes parques y/o zonas periféricas: Casa de Campo, El Pardo, parque de Juan Carlos I, parque de El Retiro, Barajas Pueblo y Tres Olivos. En todas ellas se sobrepasaron en varias decenas de ocasiones el valor octohorario recomendado por la OMS, siempre por encima de las 25 veces que la normativa establece como máximo anual (sobre un promedio de tres años) para evaluar este valor límite.
Con respecto al resto de la Comunidad de Madrid, los contaminantes que mayor incidencia presentaron durante 2012 fueron el ozono troposférico y las partículas PM10 y PM2,5. En lo que se refiere a ozono troposférico todas las estaciones presentaron superaciones muy elevadas el valor octohorario recomendado por la OMS. De aplicarse las 75 superaciones máximas de este valor límite que la normativa permite durante tres años, el 86% de las estaciones las habría sobrepasado en tan solo un año. En lo referido a los límites legales, en todas las zonas que configuran la Comunidad de Madrid hubo estaciones que sobrepasaron también el valor octohorario que fija la normativa, esto es, se situaron por encima de las 25 superaciones, el máximo permitido durante un año como promedio de tres años.
Los peores niveles tuvieron lugar en el Corredor del Henares, la Sierra Norte y el valle del Tajuña. Por estaciones, las peores concentraciones se dieron en: Alcalá de Henares, Alcobendas, Algete, Torrejón de Ardoz, El Atazar, Guadalix de la Sierra, Majadahonda, Arganda del Rey, Orusco de Tajuña y San Martín de Valdeiglesias, por mencionar algunas. Todas ellas registraron más de 97 días de superación del valor octohorario recomendado por la OMS, y más de 37 respecto al establecido en la normativa. Asimismo, en las seis primeras se produjeron varias superaciones del Umbral de Información a la población.
En partículas en suspensión en prácticamente todas las estaciones se sobrepasaron las medias anuales recomendadas por la OMS para PM10 y/o PM2,5.
Por último, el dióxido de nitrógeno (NO2) presentó también concentraciones medias anuales por encima de los establecidos por la normativa en las ciudades de Leganés y Coslada, quedando Getafe muy próximo al límite. Este dato es muy significativo, puesto que dichas estaciones se encuadran en las zonas de Corredor del Henares (Coslada) y Madrid Urbana Sur (Leganés y Getafe). Ambas zonas se vieron obligadas a solicitar a la UE una prórroga del cumplimiento de los valores límite de NO2, por haberlos vulnerado en el año 2010 (en realidad llevaban vulnerándolos desde al menos diez años antes). Inexplicablemente, la Comisión Europea estimó favorablemente la solicitud de la prórroga (que en cambio denegó a otras zonas en similares condiciones de incumplimiento, como Madrid ciudad, Área de Barcelona o Palma). Ecologistas en Acción denunció este hecho en su momento, señalando que suponía premiar a los incumplidores de la legislación ambiental y una invitación a la inacción. Lamentablemente los hechos nos dan la razón, puesto que ambas localidades han seguido superando el valor límite anual de NO2 los dos años siguientes (2011 y 2012), sin que se haya adoptado ninguna iniciativa significativa y eficaz para encarar el problema.
El cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de la ciudad de Madrid y las ciudades ubicadas en el Corredor del Henares como las principales zonas contaminadas, aunque también se producen elevados índices de contaminación en las ciudades limítrofes situadas al sur de la capital y de ozono troposférico en el resto de la región. La causa de esta elevada contaminación reside fundamentalmente en el intenso tráfico rodado que circula diariamente por los corredores de acceso y salida de la capital, así como por el intenso tráfico del interior de la ciudad. Sin embargo, la contaminación generada en el área metropolitana de Madrid se extiende por todo el territorio madrileño, dando lugar a la formación de ozono troposférico que incide muy negativamente durante los meses estivales en zonas tan alejadas como la Sierra Norte, el valle del Alberche o del Tajuña; lugares por otro lado elegidos por muchos habitantes de Madrid para pasar los fines de semana y periodos vacacionales.
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