martes, 3 de julio de 2007

De vacaciones, a la playa

Mi amigo ya se ha decidido. Aunque le gustaron las recomendaciones para conocer Madrid y sus alrededores, y también el recorrido por los Paradores de las provincias vecinas, finalmente se ha decidido por la playa.


No es que a mí me guste mucho el veraneo de playa. Nada, más bien.

Eso de levantarte cerca del mediodía, para bajar a pelearte con un montón de madrileños por un hueco en la arena donde colocar tu toalla, y estar hasta las cuatro o las cinco de la tarde, vuelta y vuelta para ponerte un poco moreno, no acaba de convencerme del todo.

Sí, ya sé que algunos me dirán que si el chiringuito, que si un chapuzón, que otra vez al chiringuito, que si otro chapuzón… y se te ha pasado el día sin darte cuenta. Además, si tienes niños, te olvidas de ellos, que jueguen a sus anchas con el cubo y la pala. Pero no, no acaba de convencerme.

Algunos dirán que es que lo he probado poco, pero se equivocan. He veraneado muchos años en la playa y sé lo que me digo.

Para gustos se hicieron los colores, y como decía hace unos días, hay un destino para cada persona y para cada bolsillo, y debe ser ella la que lo elija. Pero si mi amigo me hubiese preguntado por qué playa elegir, la última que yo le hubiese recomendado habría sido precisamente la que él ha escogido: el Postiguet, en Alicante.


Si me hubiera pedido consejo, yo le habrá recomendado un lugar más tranquilo, más fresquito, más variado, y ante todo, alejado de la masificación de las playas de Levante.


¿Qué tal las playas de Cantabria?


A mí no me gusta pasar mucho calor en verano, y por eso si tuviera que elegir un destino playero para pasar mis vacaciones lo haría al norte de España: Galicia, Asturias, Cantabria o el País Vasco. En cualquiera de esos destinos podríais encontrarme, pero desde luego no me busquéis en las playas de Levante porque seguro que allí no me encontráis nunca. Algo menos masificadas están las playas de Cádiz y Huelva, y aunque el clima es mejor que el del Mediterráneo, me sigue gustando más el del Norte.

Si algo bueno tiene el Norte, además del clima y la variedad de sus paisajes, es que cada día puedes hacer algo distinto. Un día puedes estar en una tranquila playa, al día siguiente recorriendo las montañas de los Picos de Europa, otro visitando iglesias románicas, y al siguiente las cuevas rupestres. No sólo de bronceado vive el hombre (y la mujer).

Puestos a recomendarle a mi amigo una de las cuatro comunidades del Norte de España, me quedaría con Cantabria, aunque también me gustan mucho las otras tres.


En la costa cántabra hay más de sesenta playas diferentes. Las hay más grandes y bulliciosas, otras pequeñas y escondidas, todas son de arena fina y blanca, y agua muy limpia, aunque para algunos pueda resultar algo fría. Desde luego esto es el Cantábrico, no es el "caldo" del Mar Menor.

Las playas más conocidas de Cantabria son las de Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Noja, la bahía de Santander, Suances, Comillas, o San Vicente de la Barquera. Pero hay otras más pequeñas y escondidas dónde se respira todavía más tranquilidad.


Pero como os decía, en Cantabria no todo es playa, también hay mucha montaña por recorrer. Los Picos de Europa se extienden por León, Asturias y Cantabria.


Si decidimos hacer una incursión en la zona asturiana podemos llegar hasta el Santuario de Covadonga y subir al lago Enol y de la Ercina. Si te gusta el senderismo, la ruta del Cares (desde Poncebos a Caín, y vuelta, son unas cinco horas) es sin duda la ruta más conocida de todos Picos de Europa.


En la zona cántabra, además de conocer Liébana o Potes, merece la pena acercarse a Fuente Dé para subir en el teleférico hasta el Macizo. Las vistas desde el mirador, son impresionantes. Un buen sitio para dormir es el Parador, a los piesdel teleférico, aunque yo mejor me quedaría arriba, en el Hotel de Áliva (antes Refugio de Áliva) un hotel familiar rodeado de montañas, prados y de un paisaje inigualable. Un punto de base estupendo para iniciar excursiones por la montaña.


Hay muchas más cosas que hacer en Cantabria, como visitar alguna de las cuevas rupestres que dejaron llenas de pinturas nuestros antepasados. Además de las más famosas de Altamira y Puente Viesgo, te recomiendo las Covalanas, con menos agobios para su visita.

Si tienes niños, el Parque de la Naturaleza de Cabárceno es de obligada visita. Un espacio natural que acoge a miles de animales de los cinco continentes en régimen de semilibertad.

Otras visitas que no debes dejar pasar es Santillana del Mar y su colegiata, El valle del Pas, el Parque Natural Saja-Besaya sobre la mayor reserva nacional de caza de España, el Parque Natural de Peña Cabarga sobre la bahía de Santander…

En esta ocasión no os hablaré de comida, porque toda es buena, desde unas truchas o algo de caza en la montaña, a las mejores carnes del valle, o los mejores pescados de la costa. Sin dejar de lado los quesos, por supuesto.

Para alojarse, la oferta es muy extensa, entre Paradores, turismo rural, apartamentos en la playa… pero eso ya dependerá de los gustos de cada cual.


Cantabria es preciosa, aunque siempre quedará gente, como mi amigo, que prefiera achicharrarse al sol en una playa levantina.

1 comentario :