Los madrileños hemos asistido atónitos al espectáculo propiciado por el accidente que tuvo lugar ayer en las vías del AVE que unen la capital de España con Sevilla. Como suele suceder en estos casos, miles de viajeros resultaron afectados, la imprevisión fue absoluta, la falta de información total y, como siempre, los afectados son los pobres contribuyentes que tienen que contemplar cómo la ministra responsable mira hacia otro lado y echa la culpa de lo sucedido a unas obras que se realizan al paso del tren y que son competencia de la Comunidad de Madrid.
Efectivamente, el suceso tuvo lugar cuando una viga de gran tonelaje y la grúa que la sujetaba se desplomaron sobre la catenaria de la línea del AVE. La viga en cuestión era usada para el enlace de dos carreteras que está construyendo la Comunidad. Después de pedir disculpas a los usuarios, la titular de Fomento, Magdalena Alvarez, arremetió contra Esperanza Aguirre y su gobierno achacándoles la responsabilidad de lo sucedido aunque hemos sabido que técnicos de este Ministerio de Fomento supervisaban la obra en el momento del accidente.
Todos los usuarios que ayer vieron cómo se retrasaban sus viajes se sentirán inmensamente aliviados al saber que la culpa de todos sus males la tiene la Consejería correspondiente de la Comunidad de Madrid. Lo que yo no entiendo es para qué sirve entonces un Miniterio al frente del cual encontramos a la incompetencia hecha persona, quizá su labor sólo consista en distribuír culpas. Madre mía, que no nos toque porque estamos apañados.
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