sábado, 27 de agosto de 2011

El nuevo acceso a Alcalá de Henares desde la M-300 estará listo en 2012

Previsto para primavera de 2012


La Comunidad va a descongestionar el acceso a Alcalá de Henares desde la M-300, mediante la sustitución del actual enlace por un nuevo acceso a distinto nivel mucho más fluido y seguro para los 45.000 conductores que lo utilizan cada día. Este acceso se encuentra muy saturado por la alta intensidad de circulación que presenta, tanto de turismos como de camiones.

El nuevo acceso a Alcalá de Henares desde la M-300 estará listo en 2012
El consejero de Transportes e Infraestructuras, Antonio Beteta, ha visitado las obras de construcción de este nuevo acceso, que se encuentran muy avanzadas y estarán concluidas el año que viene. Los trabajos consisten en la construcción de un paso superior que desviará la actual carretera M-300 hacia el sur, evitando el paso por la Glorieta de Arganda.

Para ello, además de la nueva estructura, la obra incluye la remodelación de más de 2 kilómetros de esta carretera y la construcción de un desvío que discurrirá por la actual calle Iplacea, que se transformará en carretera autonómica de doble calzada, con dos carriles por sentido y vías de servicio para permitir el acceso a las naves industriales.

Este importante proyecto supondrá una inversión de más de 16 millones de euros y beneficiará a los más de 200.000 vecinos de Alcalá de Henares, además de a los muchos conductores que cada día circulan por el Corredor y su entorno industrial.

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Titularidad pública


Tras esta actuación, el actual tramo de la M-300 pasará a ser titularidad municipal y absorberá los vehículos que vayan al centro de Alcalá de Henares. La actuación incluye también otras mejoras como la ampliación de arcenes y aceras, la dotación de más plazas de aparcamiento, la construcción de una nueva vía de servicio en la margen izquierda de la carretera y una nueva pasarela peatonal y la mejora de la iluminación.

Este proyecto se enmarca dentro de política regional por mejorar la seguridad vial de las carreteras madrileñas, prestando especial atención a aquellas zonas que presentan una mayor intensidad de circulación. Esta política ha permitido reducir los accidentes mortales en las carreteras madrileñas en un 67% entre 2001 y 2010, de forma que el año pasado la red regional registró el índice más bajo de su historia.

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