La Cava Baja es una más de las actuaciones que el Ayuntamiento está emprendiendo en el centro de la ciudad, como la peatonalización de Montera, la recuperación de la plaza de Santo Domingo o la reforma de la plaza de Tirso de Molina.
En todas estas reformas se ha buscado devolver a los madrileños espacios que antes estaban invadidos por los coches. Así, en la Cava Baja las aceras, han ganado un 50% de anchura, invitando a disfrutar del paseo por una de las zonas más atractivas del centro histórico madrileño. En los tramos en los que ha sido posible, se ha igualado la calzada y la acera, protegiendo esta última con bolardos y se han rebajado los bordillos de seis pasos de peatones.
La Cava Baja, desde Puerta Cerrada hasta la plaza del Humilladero, son 302 metros jalonados de restaurantes, comercios tradicionales y locales de ocio, recuperados para vecinos y visitantes, en uno de los barrios más antiguos de Madrid.
Se ha conservado el número de plazas de estacionamiento para residentes (verdes) y se han eliminado 31 de rotación (azules). Algunos restauradores se quejaban de que al desaparecer parte de esas plazas azules, sus clientes no podrán aparcar "en la puerta" como venían haciendo hasta ahora, y tendrán que dejas su coche en los aparcamientos subterráneos cercanos. Bueno así sus clientes podrán disfrutar de un paseo por el barrio, que también merece la pena.
En definitiva, es un paso más para recuperar el centro de la ciudad, evitando su degradación, devolviendo el protagonismo al peatón, al residente y al transporte público.
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