Dentro de nuestro penoso sistema financiero hay una particularidad en España especialmente retrógrada e inexplicable: las cajas de ahorro. Supuestamente estas entidades no tienen ánimo de lucro (gran mentira) y están hechas para servir al interés general (totalmente falso). Los antiguos Montes de Piedad (entidades benéficas para los pobres) pasaron a ser controladas por políticos ávidos de control económico. Incluso en algunas comunidades no basta con poner a un títere de presidente de la caja sino que, como ocurre en Navarra el propio presidente de la comunidad, Miguel Sanz, preside Caja Navarra.
Si es tan liberal como dice ser nuestra querida Esperanza Aguirre, yo le propongo una medida: cierre Caja Madrid, véndala a un banco o lo que se le ocurra. Todos saldríamos beneficiados con esta medida. Claro que no sería una medida fácil ya que saldría el lobby mafioso de la CECA al quite. Se preguntarán el porqué de este empeño en cerrar Caja Madrid. Las razones son múltiples:
- Es un lastre para la competencia en el mercado bancario ya que no lo hace en igualdad de condiciones que con un banco, pero claro el Tribunal en Defensa de la Competencia nada tiene que decir. Esto sí que es competencia desleal y lo demás son tonterías.
- Tienen finalidades turbias y claro protagonismo identitario. Esto exacerba el delirio político de muchas comunidades autónomas para subyugar a otras.
- Se une el intervencionismo político con la economía.
- La obra social que hace es irrisoria e influida por motivaciones políticas.
- Al hacer esta obra social recibe la gran ventaja de no pagar impuestos, cosa que los bancos no pueden tener acceso.
- Nos mienten diciendo que no tiene ánimo de lucro cuando cada vez sus beneficios son más abultados. Si no tiene ánimo de lucro, ¿a qué viene la inversión de Caja Madrid en Mapfre, Realia, Indra, Iberia y NH Hoteles?
- Caja Madrid puede comprar un banco o tener una participación de él pero un banco no puede comprar Caja Madrid.
- Caja Madrid puede tener participaciones empresariales pero las empresas no pueden participar de Caja Madrid.
- Tienen una estructura poco eficiente ya que sus trabajadores, en pleno estilo Iberia, no dejan de ser casi como funcionarios.
- A partir de ahora los platos rotos y las malas inversiones de Caja Madrid las tendremos que pagar los madrileños.
El presidente de las cajas de ahorro dice que son como un corcho porque nunca se hunden. El motivo por el que no se hunden es porque son como una esponja que chupa de recursos públicos. Así cada vez que se va hundir el Estado/Comunidad Autónoma las salva de la quema.
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