viernes, 19 de marzo de 2010

El Palacio de la Música recupera su uso original como sala de conciertos


El Palacio de la Música va a recuperar la plena funcionalidad de su uso original como sala de conciertos, convirtiéndose así en un atractivo más para la Gran Vía madrileña y el centro histórico de la ciudad. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado ayer el Plan Especial que permite ampliar la edificabilidad establecida en el Plan General para inmuebles dotacionales protegidos. El crecimiento previsto no sobrepasará el 10% de la superficie actual: sus 6.630 metros cuadrados edificados aumentarán hasta los 7.293 metros cuadrados.

La actuación afecta a la cubierta del edificio, de donde desaparecerá la vivienda existente, que no es un elemento original del mismo sino una ampliación posterior. En su lugar surgirá un espacio diáfano con formas ondulantes y grandes luces integradas en el inmueble, sin mimetizarse con el edificio, a través de una relación armónica. El Palacio de la Música tiene protección de nivel 1 Grado Integral, por lo que las obras tendrán que respetar y poner en valor aquellos elementos que llevaron a salvaguardarlo.

La recuperación del edificio del número 35 de la Gran Vía supone ampliar la superficie del escenario para que pueda albergar una orquesta sinfónica con 90 músicos y 80 personas de coro. Sin embargo, no existe en el edificio espacio libre para la ubicación de una sala de ensayos y de usos complementarios, necesaria para la completa adecuación funcional del Palacio de la Música. El nuevo recinto tendrá un espacio destinado a ensayos y a otro tipo de contenidos y eventos. La sala quedará retranqueada 13 metros respecto a la fachada de la Gran Vía, dejando hacia esta calle una gran terraza delantera de 215 metros cuadrados.



Diseño singular


Los accesos al nuevo espacio se realizarán desde la planta inferior a través de un núcleo de comunicaciones independiente desde la calle Abada. La sala tendrá un pequeño guardarropa y aseos para el público. También habrá un despacho para conferenciantes y un espacio equipado para atender cualquier tipo de evento.

El proyecto contempla la resolución de las dependencias complementarias, escaleras de acceso, oficinas y vestíbulos mediante un cerramiento de cristal serigrafiado en su superficie. Los paramentos verticales y la cubierta de la sala estarán revestidos de zinc, utilizando así un recurso propio de la arquitectura planteada por el propio Secundino Zuazo, autor del proyecto, para el Palacio de la Música.


Estructura independiente


Para evitar la modificación del sistema de cargas del edificio, se ha proyectado una nueva estructura absolutamente independiente que traslada las cargas directamente al terreno. Para ello, se construirán cuatro pilares de hormigón que se llevan todas las cargas de la nueva edificación mediante un sistema de cerchas y vigas metálicas. Así, la estructura existente seguirá trabajando con el mismo nivel de eficiencia.


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Rehabilitación


Las obras de rehabilitación actuales van a recuperar el aspecto homogéneo del edificio mediante la eliminación de modificaciones y añadidos en sucesivas intervenciones, poco respetuosas con el inmueble. La fachada recuperará su primitiva solución compositiva, dañada por la colocación de las estructuras de soporte de la cartelera del cine y escaparates de los locales comerciales. El Palacio de la Música volverá a lucir, además, las hornacinas desaparecidas de la planta baja y los trabajos eliminarán la marquesina añadida en los años 60. El objetivo es mejorar la calidad, funcionalidad, habitabilidad, accesibilidad y seguridad de la nueva actividad del edificio como sala de conciertos.


Historia


El Palacio de la Música, proyectado por el arquitecto Secundino Zuazo Ugalde, ocupa un solar de 1.146 metros cuadrados. Desde su construcción en 1924 ha sufrido distintas intervenciones debido a diversos motivos, desde un hundimiento parcial ocurrido en 1925 y que supuso la modificación de su volumetría, hasta las ampliaciones de la cubierta y de las plantas bajo rasante, realizadas por el propio Zuazo. Fue en 1983 cuando el arquitecto Enrique López-Izquierdo proyectó la reforma del Teatro Club para su transformación en sala de cine que, con ligeras variaciones, es la solución conservada hasta el inicio de las obras de rehabilitación actuales. Con esta intervención desapareció por completo la estructura de la primitiva sala de baile proyectada por Zuazo.

5 comentarios :

  1. <span>Para cuando el comienzo y la finalización de las obras?</span>

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  2. <span>El comienzo creo que ya fue hace tiempo. El final ni idea...</span>

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  3. en principio era para 2011 pero creo que se va a 2012

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  4. <span>A vale si puede que hayan empezado por dentro y dejar la fachada para el final. En ese caso mejor, porque ver un edificio bonito sin poder entrar en el como que da pena jejeje. A ver si limpian un poco esa fachada que está ya renegrida de tanto humo de coche.</span>

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  5. En los bajos de este cine durante los años 60 y parte de los 70,hubo un teatro,de "cuyo nombre no puedo acordarme",pero recuerdo haber visto una comedia protagonizada por Manolo Gómez Bur ,siendo su título LA SOPERA,una adaptación inglesa que tuvo mucho éxito.Pero en los años 50,EXISTIÓ una sala con dos plantas,en la baja con techo abierto, había una pista de patinaje sobre ruedas y mesas de ping-pong,mesas de billar francés,billar de seta,futbolines de hierro y los clásicos de madera y suelo de cristal.Se denominaba PALACIO DE LOS DEPORTES,la entrada costaba 2 pesetas que podías usar en los distintos juegos o alquilar patines,por ejemplo,el billar valía 8 pesetas la hora,por lo que cuatro jugadores disfrutaban durante esa hora de dicho juego.En el futbolín en la modalidad de PIERDE PAGA,si no encontabas a una pareja superior a la tuya podías lograr tardes gloriosas,Predominaban chicos y chicas entre catorce y dieciocho años,aunque también asistían mayores,pero los jovenes empezabamos a tontear y a robar algún beso y hacer alguna manita.Lo extraño es que habiéndose celebrado el CENTENARIO de la GRAN VÍA,nadie que yo sepa lo ha recordado y la juventud de esos años nos dabamos cita,sobre todo los sábados y domingos,ya que su precio era similar al cine de sesión continua-

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