Estructura de acero y cristal
Ayer escribía sobre la puesta en funcionamiento del Cercanías en Sol. El acceso elegido a la estación está siendo muy comentado y criticado. En el diario El País, escriben hoy acerca de la estructura, actualmente en obras.
Es una estructura metálica en acero inoxidable revestida de cristal. Antonio Fernández Alba, arquitecto de 81 años y académico de Bellas Artes, con abundante obra pública en Madrid, como el pabellón del Telescopio de Herschel del Observatorio Astronómico del Retiro (imagen), es el autor de esta nueva estructura instalada desde hace unos días en el centro de la Puerta del Sol y aún sin acristalar. Javier Manterola, artífice de algunos de los puentes más importantes de España, es el autor de los cálculos estructurales. El Ministerio de Fomento les encomendó hace año y medio esta parte de la obra.
La marquesina tendrá 12,50 metros de longitud y dos bóvedas nervadas de 4,50 metros y 2,60 metros de altura, respectivamente, con 6,50 metros de boca. La bóveda más grande, que mira hacia el este, es decir, al edificio rematado por el anuncio ático de Tío Pepe, incluye una catarata de escaleras mecánicas y otras transitables a pie, con 24 escalones. La pequeña, versada al oeste, contribuye a la iluminación cenital de uno de los vestíbulos, de más de 250 metros de longitud, de que consta la estación. Estructuralmente, el juego de bóvedas que compone la marquesina es una forma estérea que geométricamente se conoce como paraboloide hiperbólico, semejante a la ondulación que forma una silla de montar a caballo.
Como curiosidad la bóveda orientada al este permitirá ver de frente, al salir de la estación, la estatua de "la Mariblanca", una vez finalizada la urbanización de la Puerta del Sol.
Impresiones del arquitecto autor
"La nuestra ha sido una intervención colateral dentro de una obra de ingeniería de enorme envergadura", explica Fernández Alba. Según asegura, la marquesina "consiste en una parábola deslizante sobre una circunferencia que se apoya a su vez en un rectángulo". Lo define como "un caleidoscopio urbano, una suerte de faro que nunca se apaga, como tampoco cesa nunca la actividad en esta plaza", explica el arquitecto. "Se trataba de realizar una intervención transparente, que no perturbara la diafanidad de la Puerta del Sol". Y añade: "Por fuera ha de impedir además que la lluvia se adentre hacia su interior".
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