La muerte del cisne, La siesta del fauno, y Los cuatro temperamentos
Estos tres trabajos presentan dos denominadores comunes. En primer lugar la exaltación de la musicalidad de las coreografías, como ya fue en las obras originales; es fundamental el aporte de la música, verdadera banda sonora de los tres ballets, que se amalgaman con las partituras y se unen a la riqueza compositiva gracias a una danza que, con estilos diferentes, privilegia siempre el movimiento, la plasticidad y la importancia de cada gesto.
El segundo punto en común es la neta distinción entre danza masculina y danza femenina: el trío femenino (La muerte del cisne) y el dúo masculino (La siesta del fauno) exaltan cada uno a su manera las particularidades y las características de cada sexo, por un lado los matices de gracia y belleza y por el otro lado los matices de fuerza y energía. También la pieza de Mohovich, bailada por toda la compañía, se basa en la clara contraposición entre danza femenina y danza masculina, entre apolíneo y dionisíaco.
En La muerte del cisne, Malandain se confronta con uno de los solos más famosos de la historia del ballet, creado originariamente en 1905 por Fokine para Anna Pavlova, sobre la anhelante música de Saint Saёns, proponiendo un trío femenino; tres mujeres que del cielo bajan a la tierra para su último suspiro antes de encarnarse en cisnes y alzarse en un nuevo vuelo.
La siesta del fauno es una pieza íntegramente masculina que evoca el espíritu indomable y el erotismo latente presentes en la coreografía original de Nijinsky. Scigliano exalta la masculinidad a través de sus formas sinuosas y sensuales, que a la vez son fuertes y terrenales en armoniosa contraposición con la célebre música de Debussy.
La versión de Mohovich de una de las obras maestras de George Balanchine, Los cuatro temperamentos, es un homenaje al gran coreógrafo; el ballet explora la esencia de los cuatro temperamentos: sanguíneo, flemático, colérico, melancólico, creando una clara distinción entre danza femenina -elegante y refinada, que de vez en cuando, usando las puntas, recurrirá a algunos de los cánones estéticos del neoclasicismo del siglo XX– y danza masculina más terrena y ancestral.
Lugar: Teatro de Madrid. La Vaguada
Fecha: del 8 al 11 de septiembre de 2010
Horario: 20:30 horas
Precio: 12 a 22 euros - Adquirir entradas
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