A veces, las cosas útiles tienen nombres difíciles
Vídeo de campaña de Lissavetzky, candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid: "A veces, las cosas útiles tienen nombres difíciles".
Me pasa con estos candidatos como con los anteriores que presentó la oposición en otras elecciones. Me parece incomprensible que teniéndo tantos puntos débiles las candidaturas populares, no presenten una campaña seria, que no se apoye en la anécdota.
Atila. Una campaña por parte de la oposición será seria si se apoya en dos factores que no se han dado: -Trabajo de oposición durante los cuatro años precedentes. -Difusión entre los electores de dicho trabajo.
Estos dos factores, repito, no se han dado.
Los candidatos de la oposición básicamente se han limitado a zurrarse entre ellos para ver quiénes son los que ocupan los primeros puestos de sus listas, es decir, los que probablemente ocuparán asientos en el parlamento autonómico y en el concejo, y poder así cobrar un sueldito. La actividad opositora estos cuatro años ha sido bajo mi punto de vista anémica, salvo anécdotas como el recurso por la no declaración previa de impacto medioambiental de la M30 y poco más (recurso que fue hábilmente tachado de obstruccionista, algo que sólo en parte es verdad).
En cuanto a la falta de difusión de la actividad opositora... eso no tiene remedio. En general, los escándalos en gestiones autonómicas y locales apenas tienen difusión a nivel nacional, salvo que sean especialmente sangrantes. Lo que pasa en Madrid city, en particular, tiene un huequito en las cadenas de TV de difusión nacional. Lo que pasa en otros pagos, ya ni eso. Pero en fin, los telediarios ya dan asco: entre los sucesos "charcuteros" y los eventos deportivos por ahí se van los dos tercios de su tiempo. Así que tampoco cunden mucho, la verdad. Los diarios (que cada vez venden menos) están dirigidos a lectores de su cuerda política. Así que no podemos esperar críticas certeras contra la Espe por parte de ABC, la Razón, por poner un ejemplo. Y en cuanto a Telemadrid, eso ya es de traca. Sobran comentarios.
En resumen, que para que un gobernante autonómico o local no revalide mayoría en su cámara tiene que empeñarse hasta las cachas en una obra o ley muy, muy impopular (que no ha sido el caso) o ser depuesto vía judicial por un caso flagrante de corrupción (pues en Madrid tampoco). Porque si no hay sentencias por medio, los votantes de la misma cuerda política, aún conscientes de que su candidato es "un poco pillín" (ejemplos en Valencia o Andalucía), opinarán que peor es dejar que ganen "los indeseables" de la oposición.
¡Madre mía, que campaña tan mala le están haciéndo a este pobre hombre!
ResponderEliminarPor cierto, también hay cosas inútiles que tienen nombres difíciles ;)
Me pasa con estos candidatos como con los anteriores que presentó la oposición en otras elecciones. Me parece incomprensible que teniéndo tantos puntos débiles las candidaturas populares, no presenten una campaña seria, que no se apoye en la anécdota.
ResponderEliminarAtila. Una campaña por parte de la oposición será seria si se apoya en dos factores que no se han dado:
ResponderEliminar-Trabajo de oposición durante los cuatro años precedentes.
-Difusión entre los electores de dicho trabajo.
Estos dos factores, repito, no se han dado.
Los candidatos de la oposición básicamente se han limitado a zurrarse entre ellos para ver quiénes son los que ocupan los primeros puestos de sus listas, es decir, los que probablemente ocuparán asientos en el parlamento autonómico y en el concejo, y poder así cobrar un sueldito. La actividad opositora estos cuatro años ha sido bajo mi punto de vista anémica, salvo anécdotas como el recurso por la no declaración previa de impacto medioambiental de la M30 y poco más (recurso que fue hábilmente tachado de obstruccionista, algo que sólo en parte es verdad).
En cuanto a la falta de difusión de la actividad opositora... eso no tiene remedio. En general, los escándalos en gestiones autonómicas y locales apenas tienen difusión a nivel nacional, salvo que sean especialmente sangrantes. Lo que pasa en Madrid city, en particular, tiene un huequito en las cadenas de TV de difusión nacional. Lo que pasa en otros pagos, ya ni eso. Pero en fin, los telediarios ya dan asco: entre los sucesos "charcuteros" y los eventos deportivos por ahí se van los dos tercios de su tiempo. Así que tampoco cunden mucho, la verdad.
Los diarios (que cada vez venden menos) están dirigidos a lectores de su cuerda política. Así que no podemos esperar críticas certeras contra la Espe por parte de ABC, la Razón, por poner un ejemplo.
Y en cuanto a Telemadrid, eso ya es de traca. Sobran comentarios.
En resumen, que para que un gobernante autonómico o local no revalide mayoría en su cámara tiene que empeñarse hasta las cachas en una obra o ley muy, muy impopular (que no ha sido el caso) o ser depuesto vía judicial por un caso flagrante de corrupción (pues en Madrid tampoco). Porque si no hay sentencias por medio, los votantes de la misma cuerda política, aún conscientes de que su candidato es "un poco pillín" (ejemplos en Valencia o Andalucía), opinarán que peor es dejar que ganen "los indeseables" de la oposición.