jueves, 18 de octubre de 2018

Llega el otoño, es momento de pensar en el frío



El otoño del año 2018 está tardando en aparecer. A pesar de que estamos ya bien entrado en octubre y ha pasado casi un mes desde la llegada de esta estación, en el calendario, meteorológicamente las lluvias y el frío tardan en llegar.

En cualquier caso, esta circunstancia no debe hacernos pensar que las bajas temperaturas no acabarán por aparecer. Esto, unido a que la tarifa eléctrica se sitúa en precios casi prohibitivos nos debe hacer pensar en qué alternativas llevar a cabo para ahorrar en calefacción y no sufrir pobreza energética, y una de ellas es el aislamiento de la vivienda.


Os mostramos a continuación algunas claves e intervenciones que pueden mejorar la situación climática de las viviendas y evitar que se pierda temperatura por fugas hacia el exterior.

Aislar térmicamente la vivienda desde el exterior


El modo más eficaz de garantizar el aislamiento de la vivienda es añadir en la fachada exterior una segunda piel. Esto lo podemos conseguir mediante paneles aislantes adheridos a la fachada y perfilería metálica sobre la que se ancla el acabado, lo que se conoce como fachada ventilada; o bien el sistema SATE, que consiste en introducir el aislamiento térmico y colocar una malla y un acabado.

Esta fórmula es muy efectiva, pero resulta cara, pues el sistema SATE cuesta aproximadamente 60 €/metro cuadrado dependiendo del acabado. La fachada ventilada es todavía más cara, unos 90 euros por metro cuadrado.

A pesar de estos precios, Aislamientos La Mancha empresa que opera en Madrid, consultada por este medio, afirma que el aislamiento térmico de la vivienda puede mejorar hasta en un 50% la factura eléctrica. Por esta razón, esta empresa propone soluciones de aislamiento térmico y acústico.

Como aspectos positivos, la principal ventaja de estas intervenciones es que las actuaciones desde el exterior no interfieren con la vida interior de las viviendas. Además, la mejora del aspecto de la vivienda es también muy apreciable, prácticamente con todos los acabadas: plaqueta, piedra, aluminio, monocapa...

El aislamiento interior, incluir Pladur


Una segunda opción, que puede ser interesante en casos de vivir en una comunidad de propietarios, es aislar la vivienda desde el interior. De este modo, las acciones se pueden realizar de manera individual, sin tener que incluir a todos los vecinos.

Con el aislamiento interior lo que se consigue es generar una segunda piel para la vivienda, un aislamiento térmico con acabado de yes tipo Pladur. A diferencia del asilamiento exterior, no es tan eficiente y se pierde superficie habitable de la vivienda, además de producir molestias durante la obra.

Como puntos positivos, el precio es inferior al aislamiento exterior y el ahorro en calefacción es bastante alto, alrededor del 30%. Como ocurre con los métodos anteriores, con esta reforma se eliminan condensaciones y humedades.

Rellenar la cámara de aire con insuflado aislante


Por norma general, y esto es algo que cada vez se evita más, la mayoría de las viviendas carecen de aislamiento térmico, especialmente aquellas que forman parte del parque inmobiliario más envejecido.

Entre las hojas de ladrillo exterior e interior suele quedar una cámara de aire por donde se escapa el calor o entra el frío. El insuflado térmico consiste en perforar algunos puntos del exterior de la vivienda, entre 3 y 5 centímetros de diámetro, e insuflar en ese hueco aislante para rellenar la cámara de aire.

Este método es muy sencillo y rápido, no reduce espacio útil de la vivienda y no genera molestias por obras, pero tiene como puntos negativos que no siempre es posible rellenar por completo esa cámara de aire y que los puentes térmicos en los cercos de las ventanas siguen estando presentes, y por ahí se pierde temperatura.

Sustituir las ventanas


A pesar de todo lo comentado, si existe un elemento en la vivienda que facilita la pérdida de climatización, sin dada son las ventanas. Todas las recomendaciones anteriores son de poca utilidad si no van acompañadas de una carpintería impermeabilizada al aire y estanca.

Es aconsejable que las ventanas tengan un sistema de "rotura de puentes térmicos", que integran un elemento aislante que impide que el calor salga al exterior. El acristalamiento debe estar compuesto por dos vidrios de entre 7 y 8 mm de espesor con una cámara de aire entre ellos

Si instalamos en casa ventanas de este tipo y las combinamos con alguna solución de las comentadas, la climatización de una vivienda ya construida se asemeja mucho en cuanto a prestaciones a una vivienda nueva.

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