viernes, 28 de junio de 2019

Proyecto de ampliación del Museo del Prado de Foster y Rubio Arquitectura



El proyecto presentado por el equipo integrado por Foster + Partners L.T.D. y Rubio Arquitectura S.L.P ha sido elegido como la propuesta ganadora para la rehabilitación arquitectónica y adecuación museística del Salón de Reinos de Buen Retiro.


Bajo el lema TRAZA OCULTA (en PDF), rentabiliza al máximo el uso museístico en el edificio y crea un gran atrio de acceso en la fachada sur, imprimiendo a este espacio un carácter semiabierto y permeable al exterior, pero suficientemente controlado para que sirva de protección a la fachada original del Salón de Reinos, en la que se recuperan sus huecos y balconadas. Sobre dicha fachada emerge la prolongación de un gran espacio expositivo en planta tercera, con mayor altura libre y anchura que el actual, formando la cubierta del atrio, a la vez terraza orientada al campus.

Traza oculta


La visión del nuevo Campus del Prado busca recuperar el espíritu del Palacio del Buen Retiro y crear un polo de actividad que contribuya a unificar los diversos edificios del Museo del Prado. El protagonista es el Salón de Reinos, un monumento que a lo largo de siglos de historia ha acumulado diversos estratos que aspiran a ser coherentemente desentrañados para revelar su fachada Sur original del s. XVII y albergar el espacio expositivo principal de la intervención.

La recuperación de la fachada sur del Palacio pasa por el desmontaje de los forjados que contra ella acometen, generando así entre el lienzo revelado y la fachada actual un espectacular espacio público: el nuevo atrio del Campus del Prado. A través de una delicada intervención de apertura de los huecos de la fachada existente, la luz del día atraviesa este espacio llegando de nuevo al Salón de Reinos, que también recupera su originaria relación con el paisaje.



La superficie suprimida en esta operación es restituida en planta tercera, por encima de la fachada recuperada, donde se dispone una nueva sala de exposición amplia y versátil que cuenta con una altura libre notable. Una nueva cubierta permitirá dotar a este espacio de luz cenital controlada, así como de todos los elementos de iluminación artificial y climatización acordes a los requerimientos museísticos actuales, totalmente adaptables a las obras a exponer. A su vez, la cubierta atenderá a criterios de sostenibilidad, sirviendo de soporte de medios de captación solar adecuadamente integrados y permitiendo el sombreado de la fachada Sur.

Este movimiento permite liberar la planta baja, tornándose ésta en el corazón de la nueva edificación: un nivel de uso público con espacios expositivos y de recreo donde a través del atrio el plano urbano penetra en el edificio reconectando sus lados norte y sur. En este último se ubica la nueva entrada principal. Allí se genera una plaza de acogida que recoge el flujo de visitantes procedentes del edificio Villanueva y restablece la relación entre el Salón de Reinos y el Casón del Buen Retiro.

La visión holística de esta intervención se proyecta hacia un futuro en el que el Campus del Prado se consolida como un foco urbano necesario: un proyecto que, al coser este fragmento del trazado urbano de Madrid, le devuelve una coherencia necesaria, aportando claridad a la experiencia del visitante. Se reafirma así al Museo en su papel de institución cultural contemporánea, heredera del papel de custodio de las colecciones Reales que una vez albergó el Palacio del Buen Retiro.

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