miércoles, 17 de enero de 2007

Inseguridad y miedo entre los comerciantes de "Sanse"


El pasado día 4 de Enero se produjo el atraco a una joyería situada en una de las zonas comerciales más concurridas de la localidad, ha pasado el tiempo y, como denuncian los afectados no han recibido ni la atención adecuada ni se les ha tomado declaración alguna por parte de la Policía Municipal. Ni siquiera se han vuelto a preocupar por ellos.


Cinco individuos encapuchados entraron en la tienda con pistolas, destrozaron todos los cristales, desvalijaron las estanterías y se llevaron la recaudación de aquel día. La propietaria denuncia que nadie llamó a una ambulancia, los agentes de la Policía Nacional desapareciron para, según le explicaron, abrir las oportunas diligencias en comisaría. Los mismos propietarios fueron los encargados de recoger los casquillos porque, como le explicaron, la policía científica no trabaja por la noche. Ante este panorama, la dueña de la joyería llamó a la Policía Municipal donde le aconsejaron que se marchara a su casa y le colgaron el teléfono. Así que fue ella la encargada de recoger a su hijo, herido en el atraco, y llevarlo al hospital.


Este hecho, unido al acontecido el pasado sábado cuando fue herido de bala el encargado de una tienda de productos informáticos, ha hecho saltar las alarmas entre los comerciantes de "Sanse" quienes celebraron una reunión el pasado martes con el concejal de seguridad, Angel Mateos.


Lo sorprendente del caso es que, tras estos acontecimientos no se ha avisado a los comerciantes para que tomen medidas y alertarlos sobre lo sucedido. Incluso un responsable policial admitió que en el caso de la joyería fallaron todos los protocolos de seguridad previstos. Y lo que es más grave, las llamadas de alerta a la policía no son atendidas por los propios policías sino que las filtra una empresa.


En medio de este desconcierto, la Policía Municipal demanda mejoras y que no se les utilice con fines meramente recaudatorios para poder dedicarse más a la seguridad. Contribuye a este descontrol el hecho de que los dos máximos responsables de la policía local están de baja médica, aunque desconocemos los motivos.


El municipo cuenta en la actualidad con 130 policías, 30 de ellos pertenecientes a las Bescam pero su presencia en las calles es claramente mejorable y su imagen, también. La proliferación de las obras, dada la proximidad de la cita electoral, hace imposible el tránsito y el aparcamiento de los vehículos y el único fin de estos policías parece ser el de sancionar a los infractores en lugar de dedicarse a velar por su seguridad.

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