viernes, 29 de octubre de 2010

Dos conducciones abovedadas desconocidas bajo el Retiro

Las obras para la instalación de un gran depósito de gasoil en una zona meridional del parque del Retiro han permitido descubrir dos túneles abovedados de origen desconocido. Se trata de sendas conducciones paralelas, de fábrica de ladrillo y cuidada hechura, que surcan el subsuelo del área conocida como las Estufas. Es un espacio dedicado al cultivo de flores y plantas para proveer al parque y satisfacer la demanda floral del Ayuntamiento para cubrir la decoración vegetal de sus instalaciones y edificios.

Dos conducciones abovedada desconocidas bajo el Retiro


El hallazgo, que ha quebrado ambas conducciones, se produjo en fechas recientes en un ámbito que pertenece a una serie de instalaciones y talleres enclavados en el confín meridional del Retiro, junto al jardín de Estufas. Dada la situación y el tamaño de los túneles, uno de ellos de casi tres metros de altura y el otro de un tamaño aproximadamente de la mitad, se barajan tres explicaciones.

La primera explicación contempla que la gran conducción podría ser un viaje de agua, un conducto perteneciente a una vasta red de canalizaciones subterráneas de agua potable que recorre unos 120 kilómetros por distintas zonas subterráneas de la ciudad. Los viajes declinan desde enclaves altos a otros de menor cota, hasta donde conducen el agua. En su origen, databan de la etapa de la dominación árabe, en torno al siglo X y XI. Funcionaron con buen rendimiento durante casi 10 siglos y discurrían desde los manantiales subterráneos hasta las fuentes públicas. En el Retiro, los principales surtidores de aguas subteráneas se hallan en la zona de O'Donnell, en un paraje conocido como la Montaña Artificial o de los Gatos, al noreste del parque.

Dos conducciones abovedada desconocidas bajo el Retiro
La segunda interpretación considera la posibilidad de que los túneles hallados pertenecieron a las instalaciones de la Real Fábrica de Porcelana, construida bajo el reinado de Carlos III, a mediados del siglo XVIII, en las inmediaciones de la estatua del Ángel Caído, no lejos de la rosaleda del paseo de Coches. Esta factoría fue destruida durante la ofensiva militar de las tropas del duque de Wellington contra las posiciones francesas en el parque madrileño, donde estas permanecieron instaladas desde fines de 1808 hasta su completa evacuación, en 1812, al finalizar la Guerra de la Independencia. Muy cerca de esta zona se encentra una gran noria perteneciente a la fábrica, que fue restaurada y se exhibe junto a un parque infantil allí ubicado.

Por último, se contempla también la eventualidad de que los túneles descubiertos pudieran formar parte del sistema defensivo de trincheras construido por las tropas napoleónicas o bien de otras trazadas durante la última Guerra Civil, entre 1936 y 1939.

Este martes, José Luis Martínez Almeida, responsable de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno regional, departamento que supervisa los hallazgos arqueológicos en Madrid, no había recibido aún noticias al respecto procedentes del Ayuntamiento, titular del parque del Retiro. La notificación municipal de este tipo de descubrimientos a la autoridad regional es preceptiva por ley.

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Una inspección sobre el terreno va a ser encomendada a la arqueóloga Pilar Mena, adscrita a este organismo regional.

Recientemente han surgido otras actuaciones no comunicadas oficialmente por los responsables del Retiro en la zona denominada Estanque Ochavado o de las Campanillas y en los jardines de Herrero Palacios, con la tala de varios árboles centenarios. La tala fue justificada por fuentes municipales en términos de que los ejemplares apeados se hallaban enfermos. El Gobierno regional prometió sendas inspecciones, pero solo se tiene constancia de la relativa al estanque, que puede culminar en la rehechura completa de la obra acometida, según fuentes regionales.

Fuente: elpaís.com

1 comentario :

  1. Esta zona del parque no es accesible al publico y es una pena.
    Toda la cornisa sur del retiro debe tener (o mejor dicho debía tener, antes de que se conruyeran una serie de bloques horribles) unas vistas impresionantes hacia las vaguadas de el abroñigal y el manzanares al sur de Atocha.
    Un mirador majo en el cerro de San Blas (el del  tambien inaccesible observatorio) es lo que hace falta.

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