lunes, 5 de marzo de 2018

Precaución y prevención ante la oruga procesionaria del pino

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) puede suponer un problema para la salud pública debido a los pelos urticantes que poseen, que causan trastornos alérgicos a las personas y animales domésticos, incluso en zonas alejadas ya que pueden ser transportados por el viento a largas distancias. Se aconseja adoptar medidas de precaución ante su proliferación en esta época en parques y bosques de nuestra región.


Fuente: wikipedia

El principal consejo es no pasear bajo los pinos afectados o cerca de ellos, y en caso de transitar por estas zonas, cubrirse la mayor parte del cuerpo, llevar gorra y gafas y evitar frotarse los ojos durante el desplazamiento. Tras el paseo, conviene ducharse y lavarse la cabeza lo antes posible así como lavar la ropa utilizada.

Se recuerda además, que nunca se deben tocar o acercarse a los nidos o a las orugas, y especial precaución con los niños y mascotas. Solo personal especializado puede proceder a retirar los nidos o las orugas.

En caso de contacto con las orugas y manifestar síntomas, se debe consultar con el médico o farmacéutico para el tratamiento de la irritación, y acudir a un servicio médico si padece un caso grave de reacción alérgica. Con respecto a las mascotas, si el animal resulta afectado hay que acudir al veterinario.

Durante los meses de invierno y el comienzo de la primavera, es cuando las orugas de este lepidóptero nacen y empiezan a verse los primeros nidos en los extremos de las ramas, y las largas filas que forman en el suelo. Con carácter general, desde el mes de febrero y hasta principios de mayo (según las condiciones meteorológicas de cada temporada) las orugas están en la fase más urticante que coincide con su descenso al suelo, especialmente a medio día en los días de buen tiempo. Su presencia es peligrosa para las personas, y en especial para los niños, además de para los animales domésticos y para el ganado.

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