lunes, 19 de agosto de 2019

Agrolab: formación en el cultivo de huertos y la comercialización de productos

La Comunidad ha invertido 348.000 euros en los últimos cinco años para impulsar el emprendimiento agrario mediante la formación de particulares y asociaciones en el cultivo de huertos y la comercialización de productos a pequeña escala, realizados en los Laboratorios de Agricultura Abierta–Agrolab, del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).



José María Moreno, director gerente del IMIDRA, ha explicado durante la visita a Agrolab-El Escorial que “los laboratorios de agricultura abierta son una iniciativa de investigación y acción participativa, basada en la promoción de prácticas agroecológicas, que permite revitalizar el sector agrícola en Madrid e impulsar el emprendimiento agrario”.


El IMIDRA inició estos laboratorios innovadores en 2015 en colaboración con el municipio de Perales de Tajuña, proyecto al que se incorporó dos años más tarde El Escorial y al que se unirá Móstoles el próximo septiembre. En ellos la formación práctica es prioritaria, con una media de dos a cuatro talleres mensuales en los que se promueve la adopción de técnicas de cultivo sostenible, la agricultura familiar y el cultivo de productos tradicionales y de cercanía.

Desde la Comunidad de Madrid se aporta la formación, los materiales de plantación y el espacio para los cultivos, entre ellos productos de la huerta de verano, plantas aromáticas y medicinales, lúpulo y frutos rojos. Los talleres realizados mediante este sistema práctico y colaborativo cuentan con una primera fase de formación en conocimiento agrícola y técnicas tradicionales, una segunda que incide en el aprendizaje para la comercialización de productos y una tercera de emprendimiento, para facilitar el inicio de un negocio.

Inclusión social e igualdad de oportunidades

Agrolab: formación en el cultivo de huertos y la comercialización de productos
El proyecto Agrolab además, permite además reforzar la inclusión social y la igualdad de oportunidades, ampliando las redes sociales de los participantes y dotándoles del impulso necesario para encontrar trabajo o emprender un negocio agrícola con los conocimientos aprendidos.

El director del IMIDRA ha destacado que “esta iniciativa ha impulsado el intercambio de conocimientos entre generaciones, así como la conexión entre los habitantes del campo y la ciudad, algo fundamental en una región como la nuestra, con una alta influencia de los núcleos urbanos”.

Incorporación de jóvenes y mujeres en el sector agrario


Desde febrero de 2015, la iniciativa ha tenido cuatro ediciones anuales y ha involucrado a 126 participantes individuales y 6 entidades que trabajan en la promoción medioambiental, sociocultural y de la salud, que han contado con el apoyo técnico y el asesoramiento de capacitadores agroecológicos, autoridades locales y un instituto de investigación agraria como mentores.

Destaca, asimismo, la posibilidad de incorporar jóvenes y mujeres al sector agrario. De los participantes en estos años, un 45 % han sido menores de 40 años y un 55 % del total han sido mujeres, enfrentando las crecientes tasas de masculinización en las áreas rurales. Por otra parte, el 44 % de los participantes inscritos en los laboratorios estaban desempleados al comenzar el proyecto y buscaban una solución laboral, y el 76 % los han terminado con un gran interés por profesionalizarse en el sector agrario.

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