Se han sustituido las lámparas tradicionales por la nueva tecnología LED
Así, frente a los 70 vatios de consumo de las lámparas de incandescencia, la tecnología LED presenta un consumo de 8-10 vatios por lámpara, lo que significa reducir los consumos energéticos entre un 80 y un 90%, con la disminución del gasto en energía eléctrica. Gracias a la minoración de la potencia consumida, la Comunidad de Madrid reduce la emisión de gases que provocan el efecto invernadero en la producción de electricidad.
Junto al ahorro energético, los nuevos semáforos presentan otra serie de ventajas como una mayor vida útil. Frente a las 7.000 horas de duración de una lámpara de incandescencia, las lentes de diodos LED presentan una vida útil muy superior de unas 60.000 horas.
Asimismo, y con el objetivo de mejorar la seguridad vial para los conductores, se consigue con esta medida mejorar la visibilidad de los semáforos.
Por último, se evita la afección al tráfico en caso de fallo en el suministro eléctrico, dado que los nuevos elementos consumen menos energía, permiten el uso de baterías y sistemas de alimentación ininterrumpida.
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