El endocrinólogo José Antonio Rubio es quien coordina esta Unidad Funcional del Pie Diabético que “da solución a la carta a cada problema”. “El pie diabético ulcerado –explica este médico- es una patología muy clásica de la que en el HUPA se da una asistencia multidisciplinaria porque muchas veces va a asociado a varios factores”.
Al llegar a consulta al Centro Integral de Diagnóstico y Tratamiento Francisco Díaz, el paciente es valorado por este doctor y la podóloga Sara Jiménez según varios aspectos: si necesita ingreso hospitalario, causa de la lesión (neuropatía y/o enfermedad arterial periférica) o la extensión y severidad de esa herida, presencia de infección o interconsulta al médico especialista en enfermedades infecciosas José Sanz.
El endocrino y la podóloga también evalúan si hay necesidad de desbridamiento y tipo de cura local, dispositivo de descarga de la lesión, optimización del control glucémico y comorbilidades, así como derivación para valoración por otros especialistas, fundamentalmente del área quirúrgica.
En este equipo multidisciplinar, Rubio también destaca la labor del cirujano vascular Fernando Ruiz, la traumatóloga de la Unidad del Pie Pilar Rodríguez y el especialista en Cirugía General Gregorio Guadalix, las enfermeras educadoras de Endocrinología y la rehabilitadora María Jesús Alameda, que han cambiado el método tradicional de atención a este tipo de pacientes.
“El paciente es seguido en la consulta del pie hasta la finalización del episodio”, añade Rubio. Tras la cicatrización, la UFPD valora si es preciso hacer revisiones periódicas –cuidados ortopodológicos- para minimizar las posibilidades de que se reproduzcan ulceraciones y seguimiento al ser enfermo de alto riesgo.
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