Mientras toda Europa se plantea hacer un boicot a los JJOO de Pekín en la ceremonia de inauguración por el escaso respeto a los derechos humanos de China, nuestro alcalde se ha marchado a la ciudad asiática para hacer la pelota a los organizadores de las Olimpiadas y, de paso, ganarse un par de votos (o 55, según otros) para la candidatura de Madrid 2016.
El caso es que, mientras políticos de todo el mundo confirman el boicot a la ceremonia (un acto bastante cobarde y hasta cierto punto bastante intrascendente: lo efectivo sería un boicot total al evento), Gallardón se ha apresurado a decir que estará en la inauguración. Y, lo que es peor, a nadie parece importarle.
Esta hipocresía -sí, apoyar a un país que está machacando regiones como Tibet y no deja moverse a la población con el único objetivo de beneficiar a M2016 es un acto hipócrita- es un buen ejemplo de por qué algunos le llaman falso progre a Don Alberto: buenas maneras pero, cuando hay que mojarse por los demás, siempre actúa en beneficio propio.
Circula por internet este precioso banner que dice mucho:
Personalmente creo que vaya morro tienen los tibetanos, que los chinos llevan con la dictadura más de medio siglo y no nos acordamos nunca, mire viñeta:
La moda del budismo y Richard Gere hacen mucho, aunque la causa es justa y a veces las chispas contra los regímenes totalitarios surgen en los momentos menos sospechados.
Vosotros qué opináis, ¿le hacemos la rosca los madrileños a los jerarcas de la China comunista por el tema de nuestro propio interés, o nos sacrificamos en pos de un bien mayor como es la libertad y vida de otros que no llegan ni al rango de ciudadanos?
No hay comentarios :
Publicar un comentario