viernes, 28 de agosto de 2009

La descontaminación del vertedero de Madrid en Rivas Vaciamadrid

Desde el lunes 31 de agosto, el que fuera uno de los mayores depósitos de basura incontrolados de Europa se convierte en un parque de 38 hectáreas. La zona ha quedado descontaminada después de cinco años de trabajo. Se ha reforestado con un millar de pinos que todavía no despegan un palmo del suelo, y a sus faldas han quedado instalados el nuevo recinto ferial y un auditorio al aire libre para 12.000 espectadores.


El Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid ha invertido 50 millones de euros en el proyecto. 26 millones para descontaminar el terreno y 24 a la construcción del recinto ferial, que ocupa nueve hectáreas del parque.

Historia y proceso


La zona consistía en una sucesión de hondonadas a las afueras de Rivas. Durante 11 años, desde 1967 a 1978, decenas de camiones descargaron allí diariamente la basura de la Ciudad de Madrid. Siguieron llegando hasta que las cárcavas no admitieron más desechos. Entonces se desviaron a otros vertederos, como el de Valdemingómez. El problema fue agravándose a medida que la ciudad crecía. Pasó de 500 a 70.000 habitantes en 30 años y el vertedero dejó de estar a las afueras para convertirse en el corazón de la ciudad.


Para descontaminar el terreno, el equipo tuvo que extraer los cinco millones de metros cúbicos de desechos sedimentados que quedaban por descomponerse. Los comprimieron y encapsularon en dos celdas impermeables de 50 metros de fondo que sellaron herméticamente. Los gases que produce la basura arden en unas chimeneas que se encienden cada tres meses, y los lixiviados —las aguas filtradas a través de la basura, contaminantes— van a dos depósitos de tratado de residuos. Antes, esos materiales contaminantes pasaban al subsuelo. Ahora, el perímetro de las celdas permanece vallado y hasta dentro de seis años —el tiempo en que la basura tarda en convertirse en materia inerte— no se podrá colocar sobre ellas terreno para el crecimiento vegetal. Cuando eso sea posible, se pasará a la última fase: unir el vertedero con las 80 hectáreas del parque periurbano de Mazalmadrit, formando un conjunto verde que el Ayuntamiento planea que tenga la extensión del Retiro (120 hectáreas).

Rivas cierra una "herida". También da portazo a unas complicadas obras que han levantado no pocas protestas entre los vecinos del centro, adonde llegaban los olores y los humos de la obra de descontaminación. Las dos áreas del municipio (el centro y las urbanizaciones) quedan ahora conectadas por un parque, en lugar de divididas por un barranco de basura.



Fuentes: El País, www.rivas-d.com

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