jueves, 17 de abril de 2014

Evitar que el Palacio de la Música se convierta en tienda de ropa

Bruno García Gallo para elpais.com

El líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha negociado con el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, una vía para evitar que el Palacio de la Música se convierta en tienda de ropa.

El Palacio de la Música de la Gran Vía apunta a ser una tienda
Este antiguo cine, ubicado en el número 35 de la Gran Vía madrileña, pertenece a la Fundación Caja Madrid, que lo adquirió en 2008 por 33 millones de euros.

En diciembre de aquel año inició las obras para convertirlo en auditorio, función para la que fue construido en 1926. Sin embargo, el proyecto se paró en enero de 2012, tras la crisis que llevó al Estado a inyectar 22.200 millones de euros (prestados por Europa a cargo de los contribuyentes españoles) a la entidad financiera.

El Ministerio de Economía controla aún el 60% del capital de Bankia, aunque tiene previsto rebajar su presencia hasta el 50,01% a lo largo de este año.

Según las cuentas internas a los que ha tenido acceso EL PAÍS, la obra ejecutada antes de su paralización asciende a siete millones de euros, a los que se suman 1,8 millones más por licencias y otros gastos. Queda pendiente una inversión de 15 millones para concluir el proyecto. La fundación ha abonado ya 7,2 millones en intereses por un préstamo de Bankia del que debe 28 millones.

Es precisamente el ahogo que sufre para hacer frente a esa hipoteca el motivo alegado por la presidenta de la fundación, Carmen Cafranga, y por su director, José Guirao, para vender el edificio.

El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el Partido Popular, ha dado vía libre a un cambio de uso para convertirlo en tienda, posibilidad por la que se ha interesado la firma de moda Mango. “No tengan un sentido romántico, la vida cambia y los grandes cines se convierten en otra cosa, es el devenir histórico”, alegó el gobierno local de Ana Botella.

Para evitarlo y mantener así el uso cultural del edificio, el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, se dirigió por carta el pasado 19 de marzo al presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. Aludió a la “deuda moral” de la entidad con los madrileños, le recordó que más de 33.000 personas han refrendado una petición para que se mantenga el uso cultural del edificio, y le rogó que “considere la posibilidad de renegociar el crédito” que pesa sobre el inmueble para frenar su venta.

El Palacio de la Música de la Gran Vía apunta a ser una tienda
Goirigolzarri respondió el 25 de marzo: tras señalar las “limitaciones” de su gestión al frente de la entidad, trasladó su “intención de evitar que las labores que realizaba la obra social de Caja Madrid acaben desapareciendo”.

“Me he interesado por la situación del Palacio de la Música y, a día de hoy, no hemos recibido ninguna solicitud de refinanciación de la Fundación Caja Madrid. Las refinanciaciones son algo que analizamos y consideramos con recurrencia, con el objetivo de mantener proyectos viables con problemas puntuales para hacer frente a la deuda. Si la Fundación nos lo solicitase, ten por seguro que estudiaríamos su planteamiento con especial atención”, señala.

“¿Quiere usted admirar una gran película o escuchar una orquesta formidable en la mejor sala de Madrid? No deje de acudir al Palacio de la Música, la sala de conciertos más bella de Europa”, glosaba el diario Abc tras su inauguración el 13 de noviembre de 1926.

Con 2.000 butacas repartidas en tres pisos y un salón de fiestas en el sótano, el edificio —construido por el arquitecto Secundino Zuazo— fue durante décadas la principal sala de estrenos del país.

Su declive corrió paralelo al del cine en pantalla grande. En 2010, el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), concedió a los empresarios del sector una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1997 que dio luz verde para convertir las salas en pisos o comercios.

En apenas un año, desaparecieron 11 cines. El 22 de junio de 2008, tras 84 años de historia, cerró el Palacio de la Música. Para entonces ya se habían clausurado 18 salas en Madrid y 10 en la Gran Vía, donde sobreviven tres.

El edificio, de 6.630 metros cuadrados y blindaje integral por su valor histórico-artístico, fue vendido por el constructor Juan Bautista Soler a la Fundación Caja Madrid para convertirlo en un auditorio de 1.500 butacas que estaba previsto inaugurar en 2011.

Gallardón aprobó en 2010 un plan especial urbanístico para posibilitar su reforma. “Queremos convertir el edificio en lo que fue originariamente, un auditorio de música, para evitar que sea otro centro comercial más”, dijo el entonces director de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno.

Pero el hundimiento de Bankia frustró ese plan y el edificio se puso a la venta por unos 50 millones de euros. “Es un cine sólo desde 1932, y no sería el primer cine que desaparece”, señaló el gobierno local, pese al rechazo ciudadano, del mundo de la cultura y de la oposición (PSM, IU y UPyD).

Objetivo: evitar que el Palacio de la Música se convierta en tienda de ropa

Una obra inacabada



  • El Palacio de la Música lleva cerrado y envuelto en secreto desde la paralización de sus obras, en enero de 2012, y el anuncio posterior de su venta.
  • La inversión ejecutada para convertir el antiguo cine en auditorio suma siete millones de euros. Faltan 15 millones.
  • El edificio tiene 5.500 metros cuadrados en tres plantas más una vivienda en la parte superior de 500 metros.
  • Tanto el interior como la fachada gozan de la máxima protección, pero no así el sótano y el ático, donde se han concentrado las obras.
  • En el sótano había dos minicines, que se estaban reconvirtiendo en vestuarios y camerinos, y sala de ensayos.
  • La sala principal se estaba ampliando a 1.600 butacas, con un escenario mayor para una orquesta de 100 músicos y un coro de 80 cantantes.
  • En la parte superior se estaba construyendo una sala polivalente acristalada con una espectacular vista panorámica.
  • Además, se iba a instalar un ascensor, se mudarían de sitio las taquillas y se planeaba renovar las butacas y moqueta.

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