domingo, 23 de octubre de 2016

Fotos de la Fiesta de la Trashumancia 2016



Empezó en 1994 como un acto simbólico para reivindicar la trashumancia como una forma de ganadería extensiva y sostenible, estrechamente vinculada a valores culturales, ecosistemas y paisajes característicos de la Península Ibérica. Veintidós años después, el paso de los rebaños por las calles de la ciudad se ha convertido en un ritual del otoño madrileño. Hoy, la alcaldesa Manuela Carmena ha dado la bienvenida a los pastores, acompañados por los mayorales, rabadanes y ganaderos, y ha recibido el pago de los “50 maravedís al millar” estipulados por la Concordia de 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta y los Procuradores del Concejo de la Villa.


La alcaldesa ha querido agradecer a las madrileñas y madrileños que “Madrid sea algo cada vez más importante. Es precioso que hoy en día podamos tener en este Madrid diverso la representación de la trashumancia y hace tres días la mayor cumbre en materia de tecnología e informática. Madrid es todo y Madrid se desequilibraría si no pensara en la naturaleza”, ha dicho Carmena que junto a los representantes de los ganaderos han vuelto a rubricar la Concordia para renovar el compromiso de la ciudad de Madrid con un patrimonio único en el mundo: 125.000 km de longitud y 420.000 hectáreas de superficie, protegido desde 1 273. Junto a ellos han estado presentes miembros de la Corporación y de otras instituciones, así como de las entidades que organizan la fiesta, donde ha asegurado que “se repetirá y a ampliar y por qué no convertirlo en un paseo tradicional y turístico desde Cantabria y a Extremadura”.




El escenario ha sido por primera vez la plaza de Cibeles. Hasta allí han llegado dos rebaños integrados por algo más de un millar de ovejas y cabras, procedentes de Ávila y Badajoz. Esta mañana han salido de la Casa de Campo y, tras subir por la Cuesta de la Vega y cruzar Bailén, recorrieron la Calle Mayor hasta la Puerta del Sol. Enfilaron después la calle de Alcalá para alcanzar Cibeles desde donde regresaron por el mismo camino a la Casa de Campo. Es la primera vez que los rebaños cierran el recorrido andando ya que, en ocasiones anteriores, el retorno se hacía en camiones.

Talleres para trabajar con lanas


En esta ocasión tiene además una connotación de futuro, dada la intención municipal, a través del área de Medio Ambiente, de reintroducir ovejas en la Casa de Campo con el doble fin de prevenir los incendios y renovar el suelo.

Además se ha querido profundizar en el carácter divulgativo de las tradiciones unidas a la trashumancia, programando tres talleres, dos para niños y uno para adultos, en los que este fin de semana se trabaja con lanas facilitadas por la Real Fábrica de Tapices.

La fiesta nació a iniciativa de la Asociación Trashumancia y Naturaleza en colaboración con el Ayuntamiento para reivindicar la aprobación de una nueva Ley de Vías Pecuarias, que finalmente se promulgó el 23 de marzo de 1995. El nuevo texto legal que reconoció las cañadas, cordeles y veredas como bienes de dominio público, inalienables, imprescriptibles e inembargables.

El simbolismo de una forma de vida


Desde sus inicios la fiesta ha estado plagada de simbolismo con el fin de dar a conocer la importancia histórica, cultural, social y ecológica de los pastores españoles y sus ganados, así como de las vías pecuarias. De ahí que el recorrido siga fielmente el rito de la trashumancia.

Son los mayorales y sarrujanes de las montañas de Cantabria los que abren paso al ganado. Ellos y sus mastines son los encargados de defenderlo de los lobos, recorrer las cañadas en busca de los mejores pastos, arrendar las montaneras y denunciar cualquier intrusión en las vías pecuarias.

Los pendones concejiles de Astorga son la referencia fundamental para mantener las distancias entre los distintos grupos. Les siguen los arrieros maragatos, encargados de garantizar con sus recuas de mulas el tráfico de mercancías desde los puertos gallegos hasta Madrid. Les acompaña la Cabaña Real de Carreteros, fundada por los Reyes Católicos y representada por las carretas de bueyes seranos y de vacas avileñas. Distintos grupos populares acompañarán el paso de los rebaños al son de la música tradicional de las distintas comarcas/.

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