El Palacio de Correos y Comunicaciones

El Palacio de Correos y Comunicaciones, en la madrileña Plaza de Cibeles, está siendo remodelado para acoger la nueva sede del Ayuntamiento de Madrid.


Si quisiésemos conocer los orígenes de este monumental edificio deberíamos remontarnos hasta 1903, cuando el gobierno adquirió parte de los terrenos de los jardines del Buen Retiro para edificar en ellos la nueva sede de Correos y Telégrafos.

Ese mismo año, el Ministerio de Fomento convocó un concurso público del que resultó ganador el proyecto que presentaron unos jóvenes arquitectos llamados Antonio Palacios Ramilo, Julián Otamendi Machimbarrena y el ingeniero Ángel Chueca Sainz.

Las obras comenzaron en 1904 y se prolongaron durante trece años, hasta 1917, debido fundamentalmente a las notables dimensiones del edificio, que ocuparía una superficie total de 12.207 metros cuadrados y alcanzaría un coste de 10.311.860 pesetas.


Estructuralmente, como muchas de las obras de Palacios, está organizado en torno a un patio central, en torno al cual se estructura todo el edificio, con torres rematando las esquinas, y por encima de todo destacando su inmensa monumentalidad.

El Palacio de Correos fue concebido con criterios de racionalidad y funcionalidad, y así el gran patio daría entrada hacia los servicios generales de correos, telégrafos y telefonía que se instalaron en la planta baja, a los que el público necesitaba tener acceso, el cual quedaba proporcionado por el citado patio y las numerosas puertas secundarias que rodean al edificio.

Las plantas superiores se reservaron para tareas administrativas, oficinas de la dirección, la cartería y una sala de telégrafos que conectaba directamente con la antena del edificio, que alcanzaba 70 metros de altura, contando con la altura de la torre central.


En líneas generales, el edificio de Correos tiene un marcado estilo colosalista, aunque está influenciado por el neogótico, especialmente la obra de Viollet-le-Duc, la sinceridad estructural y de materiales de arquitectos e ingenieros como Gustave Eiffel, la arquitectura vienesa de Otto Wagner, y la pasión de Palacios por el gótico tardío español y la obra de Rodrigo Gil de Hontañón.

El edificio fue diseñado como una "Obra de arte total" en la que el mínimo detalle, desde las luminarias hasta los pupitres de la Sala de operaciones o el sistema de ventilación, forman un conjunto artístico unitario al servicio de su función como Casa de Correos.

Antonio Palacios Ramilo

Antonio Palacios Ramilo es uno de los grandes arquitectos españoles que han dejado su huella en nuestra ciudad.

Nació en Porriño, Pontevedra, en 1874.

En 1892 Se trasladó a Madrid con la idea de estudiar ingeniería, aunque finalmente cambió de planes y se matriculó en la Escuela de Arquitectura. Allí tuvo entre sus profesores a Ricardo Velázquez Bosco, con quien realizaría sus primeros proyectos.

Una vez acabada la carrera, en 1900, trabajó como profesor de dibujo en la Escuela de Arquitectura de Madrid, y se asoció con su compañero Joaquín Otamendi Machimbarrena. Juntos se presentarían a muchos concursos de arquitectura y realizarían mucha de su obra en nuestra ciudad.

En 1904 Antonio Palacios y Joaquín Otamendi ganaron el concurso convocado para realizar el Palacio de Comunicaciones, edificio sede para la Sociedad de Correos y Telégrafos de España, un monumental y colosal edificio con influencias neogóticas de Viollet-le-Duc, y de la arquitectura vienesa de Otto Wagner. El edificio estáestructurado en torno a un patio central y rematado por torres en las esquinas para aumentar su monumentalidad.

En 1908 recibió el encargo de construir el Hospital de Jornaleros de Maudes, un gran edificio en torno a un patio central, algo muy común en sus grandes obras, y con muchas similitudes estéticas con el edificio de Correos.

En 1910 comenzó en la calle Alcalá, esquina a Barquillo, la construcción del edificio del Banco Español del Río de la Plata (Banco Central). Mezcla de monumentalidad y clasicismo, con grandes columnas corintias y cariátides flanqueando la entrada.

Otra de sus obras más emblemáticas, en la calle Alcalá, es el edificio del Círculo de Bellas Artes, iniciado en 1919. Un edificio multifuncional de grandes proporciones y altura, compuesto por varios volúmenes y un estilo clásico en el exterior, y con influencias americanas en su torre.

La decoración es más austera que en el resto de sus edificios, destacando la coronación con una estatua de Palas Atenea del escultor Vassallo. Interiormente cabe citar su escalera barroca de doble tiro que va uniendo las distintas plantas del edificio, y los grandes miradores a la calle Alcalá.

En 1933 en su última etapa, se inició el Banco Mercantil e Industrial, también en la calle Alcalá, uniendo monumentalidad y nuevas tecnologías en su fachada de metal, aunque este edificio se acabaría después de su muerte.

Antonio Palacios realizó muchos más edificios en nuestra ciudad, desde edificios comerciales como la Casa Matesanz, a edificios de viviendas, aunque seguro que se le conoce más por algo cercano a todos nosotros: el Metro de Madrid. La Compañía Metropolitana Madrileña quiso dar una imagen de modernidad y prestigio, para lo cual contrató a Palacios como arquitecto, recibiendo el encargo de diseñar sus accesos, vestíbulos y andenes, así como diversos bloques para oficinas y talleres. Entre los accesos creados por Palacios, los más monumentales fueron las marquesinas situadas en la Puerta del Sol y en la Red de San Luis, hoy desaparecidas, con un cuerpo de granito y una estructura de hierro forjado y cristal. Hoy día sólo se conservan algunos detalles en las estaciones de Tirso de Molina, Lavapiés, Retiro y Cuatro Caminos.