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La mayoría de las personas no sabe con exactitud cuánto va a pagar por el servicio de energía eléctrica que recibe, hasta que llega su factura. Y aunque muchos tratan de leerla con atención, pocas personas logran entender qué están pagando realmente y por qué. La buena noticia es que no necesitas ser un experto en energía para tomar el control de tus gastos. Solo necesitas algo de información clara, atención y una compañía de confianza.
En este artículo te vamos a explicar cómo entender la factura de la luz, qué tipos de tarifas existen, cómo saber si estás pagando de más, cómo cambiar de compañía y cómo contratar tarifa de luz.
¿Qué significa cada servicio que aparece en la factura?
Hay varias categorías de gastos que no siempre son claros. En España, tu factura de electricidad incluye tres secciones principales:
- Potencia contratada. Esto es la cantidad que pagas únicamente por tener electricidad en tu casa, aunque no la uses. Esto se calcula en base a los kilovatios (kW) que has contratado.
- Energía consumida. Esta es una medida de lo que realmente has consumido en kilovatio hora (kWh). Este valor fluctúa dependiendo del precio del mercado energético y del tipo de tarifa que tengas.
- Impuestos y peajes. Esto incluye IVA, impuesto eléctrico y otros cargos regulados por el Estado.
No puedes controlar cada aspecto de la factura eléctrica, sin embargo, puedes gestionar tu consumo y elegir mejor con qué compañía contratas.
¿Qué tipo de tarifa tienes?
Existen muchos tipos de tarifas, y las más comunes son:
- Tarifa regulada PVPC. Cambia cada hora en función del mercado. Puedes verla en tiempo real, pero es muy variable.
- Tarifas del mercado libre. Son ofrecidas por comercializadoras privadas, que pueden tener una tarifa fija o tarifas con discriminación horaria. Aquí es posible encontrar opciones más personalizadas.
Cómo saber si te cobran de más
Algunas personas asumen que cambiar de compañía eléctrica es complicado y poco confiable.
Pero, en realidad, en España el mercado eléctrico está completamente liberalizado, lo que significa que cualquier usuario puede cambiar de proveedor libremente sin incurrir en penalizaciones (a menos que están permanencia, lo cual es prácticamente inexistente hoy en día).
Para saber si estás pagando de más es importante que compares tu uso mensual de kWh con el del año pasado. Además, debes verificar el coste por kWh. Muchas facturas esconden esta información en la letra pequeña. Busca el valor exacto que estás pagando por cada kWh. Y revisa si te están cobrando por servicios que no estás utilizando. Algunas compañías tienen “servicios de mantenimiento” que incluyen sin que se les pida. Puedes optar por no pagar por ellos si no te son útiles.
El problema del desglose opaco
Uno de los mayores obstáculos para entender los gastos es la falta de transparencia. Las facturas están llenas de jerga técnica, hay tarifas mal definidas y letra pequeña. Todos estos elementos contribuyen a la indefensión, que es algo que algunas empresas explotan para que mantener a los clientes por inercia.
Además, algunas tarifas anunciadas como “plana”, “a medida” o “personalizadas” no siempre son lo que dicen ser. Algunas ocultan costos fijos o penalizaciones por exceder ciertos umbrales de consumo, aunque puedan parecer atractivas a simple vista.
El perfil del nuevo consumidor de energía
Lo que está cambiando en los últimos años es el perfil del consumidor. Las personas están mejor informadas y conectadas, y muestran menos disposición a pagar sin recibir explicaciones adecuadas. En la actualidad cada vez más usuarios quieren saber el coste exacto de lo que pagan, tener el control desde un dispositivo móvil, elegir cuándo consumir más y cuándo menos y apostar por energías sostenibles.
En este contexto emergen compañías como Wekiwi, que proponen una forma distinta de gestionar la energía. Su modelo se basa en una especie de “prepago inteligente”: tú eliges una cantidad mensual según tu consumo estimado, y si consumes menos, Wekiwi te lo devuelve. Si te pasas, te lo cobran al precio real del mercado. Así, no se paga nunca de más.
De este modo, con empresas como Wekiwi, dejar atrás el modelo opaco y pasivo, y avanzar a un sistema transparente y digitalizado, es una tendencia que está tomando fuerza.
Cambiar de compañía no tiene que ser difícil
Cambiar de comercializadora eléctrica puede parecer un lío, pero el proceso es gratuito, no requiere hacer ningún tipo de obras ni visitas técnicas, y en la mayoría de los casos, puedes hacerlo en tan solo unos minutos desde la web. Cambiar a Wekiwi resulta, por ejemplo, muy sencillo.
Al cambiar de compañía debes tener presente si tienes un contrato de permanencia con la compañía a la que deseas cambiar, confirmar que la nueva tarifa de consumo se alinea con tu horario y considerar si quieres optar por energías renovables, o si ahorrar dinero tiene prioridad.
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