El nuevo sistema de consumo colaborativo contratado a través de plataformas web que ponen en contacto a conductores y pasajeros para compartir viajes en coche, no es un servicio amparado por la normativa en defensa del consumidor, por tratarse de acuerdos entre particulares. Si surgiese algún contratiempo, las autoridades de Consumo no podrían actuar al no tener competencias para hacerlo. Si, por ejemplo, el usuario paga por un servicio que después no se lleva a cabo, o se cumple de manera distinta a la prevista, no tendría cabida una reclamación en Consumo, sino que debería litigarse en los tribunales.
Lo más recomendable en estos casos es informarse bien de las condiciones antes de utilizar este servicio; cerciorarse de que el vehículo tiene toda la documentación en regla, especialmente el seguro por si se produjera un accidente; y a ser posible, disponer de las condiciones por escrito por si se tuviera que reclamar ante la justicia.
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