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Esta pandemia nos ha hecho pensar mucho, nos ha hecho reflexionar y nos ha privado de algunos pequeños placeres y formas de convivencia. Uno de ellos es el poder asistir a un restaurante con amigos, familia, pareja… para poder disfrutar de una buena velada con alimentos típicos de la dieta mediterránea. La situación ha mejorado levemente y, con ayuda del buen tiempo y los calores veraniegos, volvemos a acudir a bares, terrazas y veladores con cautela para poder estar con los nuestros sentados alrededor de una mesa.
Que en España tenemos un acceso a alimentos ricos y saludables a buen precio es algo ya conocido. Nuestra dieta mediterránea es admirada en todo el mundo, ya no solo a nivel de la alta cocina, sino en el acceso con precios populares como bien lo corroboran nuestros millones de visitantes y turistas cada año. Existen relaciones directas entre la dieta y el estilo de vida que llevamos con la esperanza de vida. Por ejemplo en Madrid la esperanza de vida registrada roza los 85 años de media, siendo las mujeres más longevas que los hombres. España en estos datos se encuentra en los primeros puestos del mundo. Otro de los aspectos que influyen en vivir más y mejor es en el entorno y nuestra relación con el mismo. En España disfrutamos de ciudades y pueblos bien organizados. Realizamos vida de barrio y de cercanía, nos gusta caminar y disfrutar de alguna forma de “la calle”. Por lo general disponemos de servicios cercanos para poder ir dando un paseo, como el mercado de abastos, el súper o el centro de salud. Sin duda también nos gusta ser cada vez más deportistas. Así aficiones como el running y sus carreras urbanas están en auge y, por otro lado, cada vez usamos más la bicicleta para ir al monte o para hacer recados. Si a todo esto le sumamos acceso a zonas verdes, parques, espacios naturales protegidos, playas de arena fina y blanca, sendas por el monte… nos queda como resultado una magnífica oferta de ocio y tiempo libre.
Ya inmersos en pleno mes de julio es tiempo para que una parte de los españoles disfruten de sus vacaciones. Este año es un poco extraño puesto que gran parte de los trabajadores han hecho teletrabajo forzado por el estado de alarma, que combinado con el cuidado de los niños ha supuesto un gran esfuerzo por parte de las familias. La comida a domicilio ha sido de gran ayuda y disfrute con todo cerrado, excepto los supermercados. Poder recibir un arroz a domicilio en Madrid ha sido y es un estupendo plan para disfrutar en la terraza, el jardín o el comedor.
¿Disfrutas en tu caso de las vacaciones en agosto? El mes habitual de “vaciado” de la capital ya no lo es tanto. Hace unos años que los madrileños espacian y se reparten sus días libres entre junio, julio, agosto y septiembre. ¿Quiere decir eso que el resto de tiempo en Madrid no se puede disfrutar? La respuesta clara es no, ya que la ciudad y lar región y su oferta de ocio no descansan. Visitar el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, ir de compras a un centro comercial, visitar la Casa de Campo desde el Teleférico, salir a tomar una copa a una terraza cuando cae la noche…
Este año no es normal, de eso no cabe duda. El complemento indispensable es la mascarilla y sumamos actitudes y acciones como el lavado de manos, la prudencia y el sentido común. Pero la sociedad madrileña y española ha demostrado que somos cívicos, conscientes de los problemas de salud pública y de las precauciones que conviene tomar. Sabemos que nuestra forma de ser es eminentemente social, de compartir espacios y momentos, abrazos y besos, pero nos adaptamos. Si ya no es posible acceder a una pista de baile, a una terraza o al interior de un restaurante por aforo completo no pasa nada.
Que en España tenemos un acceso a alimentos ricos y saludables a buen precio es algo ya conocido. Nuestra dieta mediterránea es admirada en todo el mundo, ya no solo a nivel de la alta cocina, sino en el acceso con precios populares como bien lo corroboran nuestros millones de visitantes y turistas cada año. Existen relaciones directas entre la dieta y el estilo de vida que llevamos con la esperanza de vida. Por ejemplo en Madrid la esperanza de vida registrada roza los 85 años de media, siendo las mujeres más longevas que los hombres. España en estos datos se encuentra en los primeros puestos del mundo. Otro de los aspectos que influyen en vivir más y mejor es en el entorno y nuestra relación con el mismo. En España disfrutamos de ciudades y pueblos bien organizados. Realizamos vida de barrio y de cercanía, nos gusta caminar y disfrutar de alguna forma de “la calle”. Por lo general disponemos de servicios cercanos para poder ir dando un paseo, como el mercado de abastos, el súper o el centro de salud. Sin duda también nos gusta ser cada vez más deportistas. Así aficiones como el running y sus carreras urbanas están en auge y, por otro lado, cada vez usamos más la bicicleta para ir al monte o para hacer recados. Si a todo esto le sumamos acceso a zonas verdes, parques, espacios naturales protegidos, playas de arena fina y blanca, sendas por el monte… nos queda como resultado una magnífica oferta de ocio y tiempo libre.
Ya inmersos en pleno mes de julio es tiempo para que una parte de los españoles disfruten de sus vacaciones. Este año es un poco extraño puesto que gran parte de los trabajadores han hecho teletrabajo forzado por el estado de alarma, que combinado con el cuidado de los niños ha supuesto un gran esfuerzo por parte de las familias. La comida a domicilio ha sido de gran ayuda y disfrute con todo cerrado, excepto los supermercados. Poder recibir un arroz a domicilio en Madrid ha sido y es un estupendo plan para disfrutar en la terraza, el jardín o el comedor.
¿Disfrutas en tu caso de las vacaciones en agosto? El mes habitual de “vaciado” de la capital ya no lo es tanto. Hace unos años que los madrileños espacian y se reparten sus días libres entre junio, julio, agosto y septiembre. ¿Quiere decir eso que el resto de tiempo en Madrid no se puede disfrutar? La respuesta clara es no, ya que la ciudad y lar región y su oferta de ocio no descansan. Visitar el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, ir de compras a un centro comercial, visitar la Casa de Campo desde el Teleférico, salir a tomar una copa a una terraza cuando cae la noche…
Este año no es normal, de eso no cabe duda. El complemento indispensable es la mascarilla y sumamos actitudes y acciones como el lavado de manos, la prudencia y el sentido común. Pero la sociedad madrileña y española ha demostrado que somos cívicos, conscientes de los problemas de salud pública y de las precauciones que conviene tomar. Sabemos que nuestra forma de ser es eminentemente social, de compartir espacios y momentos, abrazos y besos, pero nos adaptamos. Si ya no es posible acceder a una pista de baile, a una terraza o al interior de un restaurante por aforo completo no pasa nada.
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