Se anunció un teatro infantil, una gran sala de exposiciones, salón de actos y aulas multiuso
Marta Belver para elmundo.es
El teatro infantil y el centro cultural del antiguo cuartel militar de Daoíz y Velarde (mapa) tendrán este año un presupuesto municipal de 1.500 euros. Es prácticamente la misma cantidad que, por ejemplo, se va a destinar a la adquisición de discos duros en el Área de Urbanismo y Vivienda en 2014.
Así que, probablemente, los 1.500 euros en cuestión no darían ni para imprimir folletos con la programación de esta instalación, suponiendo que tuviera alguna.
Las obras se presupuestaron en 12 millones de euros en diciembre de 2006 y el plazo de ejecución se fijó en 25 meses. Siete años después, el recinto no sólo permanece tan cerrado al público como el primer día, sino que algunos pequeños detalles como el escenario principal y las butacas ni siquiera se han colocado todavía.
«La ingeniería financiera del Ayuntamiento de Madrid ya no engaña a nadie», señala la concejal del Grupo Municipal Socialista Ana García d'Atri. «En los presupuestos de 2013 aparecía una anualidad para el conjunto Daoíz y Velarde de 2.123.912 euros, con una anualidad prevista para 2014 de 1.452.000 euros; sin embargo, en 2014 ya no se presupuestan más que 1.500 euros para acabar la obra. Pero ni se abren las puertas ni se anuncia cuándo se abrirán», agrega.
En las instalaciones, de unos 7.000 metros cuadrados, se proyectó la construcción de un teatro infantil, que sería «el primer escenario de la capital dedicado exclusivamente a los niños». En su lugar, lo que hay es un hueco de grandes dimensiones al que le faltan hasta las rampas de acceso para los camiones que presuntamente transportarán la escenografía.
Aun así, el Ayuntamiento de Madrid recepcionó la obra de la avenida de Barcelona a finales del año pasado, lo que a efectos prácticos significa que se da por finiquitada. «Los 1.500 euros presupuestados en 2014 son para la dirección facultativa de obra [honorarios del arquitecto]», argumentan en el Área de Las Artes. Tal y como explican, al conjunto Daoíz y Velarde «sólo le falta el equipamiento», que, en todo caso, tampoco está incluido en las cuentas municipales para el ejercicio en curso.
¿Cuándo se abrirá, entonces, el edificio al público? «Se están estudiando con la Junta de Distrito de Retiro posibles fórmulas de gestión para sacar adelante el proyecto, como la rehabilitación de algunos espacios como salas de ensayo», explicó una portavoz del departamento que dirige Pedro Corral, que no pudo señalar ni una fecha aproximada para la inauguración.
El pasado mes de diciembre, en una visita privada al recinto a petición del Grupo Municipal Socialista, el director general de Patrimonio Cultura y Calidad del Paisaje Urbano, Francisco García López, fue más explícito sobre el futuro inmediato del conjunto. «Insistió en que no es necesario presupuestarlo desde lo público para terminarlo, abriendo así la posibilidad a una concesión privada para la finalización de la obra», asegura Ana García d'Atri.
En su opinión, en lugar de recurrir a la externalización, «si se garantiza la seguridad el edificio se podría abrir con el teatro que ya está terminado [uno pequeño] y las salas de ensayo que también están terminadas, así como con su inmenso patio cubierto». Salvando las distancias, y al margen de los problemas de filtraciones de agua posteriores, sería lo mismo que se hizo con la reforma del Conde Duque.
La otra controversia de las instalaciones inacabadas está en el coste. Según el Área de Las Artes, cuando se recepcionó la obra la inversión ascendía a los 12 millones de euros redondos en los que fue presupuestada. Las cuentas del Grupo Municipal Socialista son que hasta finales de 2012 se habían gastado 11,3 millones, así que a poco que se hubiera cumplido la partida prevista para 2013 (de 2,1 millones) ya se habría superado esa cifra, al margen de todo lo que queda por hacer.
«Madrid primero sufrió el derroche y el gasto desmedido y sin criterio, ahora estamos en el recorte descarnado, sin visión ni sensibilidad. La cultura en esta ciudad sufre la falta de buen gobierno», se lamenta Jaime Lissavetzky, portavoz socialista en el Consistorio.
A su juicio, «la 'burbuja' principal del Ayuntamiento se debe a obras exageradamente caras, mal planificadas, mal gestionadas e, incluso, sin uso, como en este caso». «Investigaremos a fondo por qué no se ha terminado la obra y cómo se ha invertido cada céntimo en esta rehabilitación que supera los 12 millones de euros y que a los madrileños no se les permite utilizar», asegura.
«Era previsible que el Gobierno municipal no supiera qué hacer en Daoíz y Velarde, pero para eso están los creadores, los profesionales y sus asociaciones. Con escucharles y escuchar a los madrileños sería suficiente», concluye Lissavetzky.
Así que, probablemente, los 1.500 euros en cuestión no darían ni para imprimir folletos con la programación de esta instalación, suponiendo que tuviera alguna.
Las obras se presupuestaron en 12 millones de euros en diciembre de 2006 y el plazo de ejecución se fijó en 25 meses. Siete años después, el recinto no sólo permanece tan cerrado al público como el primer día, sino que algunos pequeños detalles como el escenario principal y las butacas ni siquiera se han colocado todavía.
«La ingeniería financiera del Ayuntamiento de Madrid ya no engaña a nadie», señala la concejal del Grupo Municipal Socialista Ana García d'Atri. «En los presupuestos de 2013 aparecía una anualidad para el conjunto Daoíz y Velarde de 2.123.912 euros, con una anualidad prevista para 2014 de 1.452.000 euros; sin embargo, en 2014 ya no se presupuestan más que 1.500 euros para acabar la obra. Pero ni se abren las puertas ni se anuncia cuándo se abrirán», agrega.
Un escenario para los niños
En las instalaciones, de unos 7.000 metros cuadrados, se proyectó la construcción de un teatro infantil, que sería «el primer escenario de la capital dedicado exclusivamente a los niños». En su lugar, lo que hay es un hueco de grandes dimensiones al que le faltan hasta las rampas de acceso para los camiones que presuntamente transportarán la escenografía.
Aun así, el Ayuntamiento de Madrid recepcionó la obra de la avenida de Barcelona a finales del año pasado, lo que a efectos prácticos significa que se da por finiquitada. «Los 1.500 euros presupuestados en 2014 son para la dirección facultativa de obra [honorarios del arquitecto]», argumentan en el Área de Las Artes. Tal y como explican, al conjunto Daoíz y Velarde «sólo le falta el equipamiento», que, en todo caso, tampoco está incluido en las cuentas municipales para el ejercicio en curso.
¿Cuándo se abrirá, entonces, el edificio al público? «Se están estudiando con la Junta de Distrito de Retiro posibles fórmulas de gestión para sacar adelante el proyecto, como la rehabilitación de algunos espacios como salas de ensayo», explicó una portavoz del departamento que dirige Pedro Corral, que no pudo señalar ni una fecha aproximada para la inauguración.
Posible concesión privada
El pasado mes de diciembre, en una visita privada al recinto a petición del Grupo Municipal Socialista, el director general de Patrimonio Cultura y Calidad del Paisaje Urbano, Francisco García López, fue más explícito sobre el futuro inmediato del conjunto. «Insistió en que no es necesario presupuestarlo desde lo público para terminarlo, abriendo así la posibilidad a una concesión privada para la finalización de la obra», asegura Ana García d'Atri.
En su opinión, en lugar de recurrir a la externalización, «si se garantiza la seguridad el edificio se podría abrir con el teatro que ya está terminado [uno pequeño] y las salas de ensayo que también están terminadas, así como con su inmenso patio cubierto». Salvando las distancias, y al margen de los problemas de filtraciones de agua posteriores, sería lo mismo que se hizo con la reforma del Conde Duque.
La otra controversia de las instalaciones inacabadas está en el coste. Según el Área de Las Artes, cuando se recepcionó la obra la inversión ascendía a los 12 millones de euros redondos en los que fue presupuestada. Las cuentas del Grupo Municipal Socialista son que hasta finales de 2012 se habían gastado 11,3 millones, así que a poco que se hubiera cumplido la partida prevista para 2013 (de 2,1 millones) ya se habría superado esa cifra, al margen de todo lo que queda por hacer.
Lissavetzky: 'Investigaremos a fondo la obra'
«Madrid primero sufrió el derroche y el gasto desmedido y sin criterio, ahora estamos en el recorte descarnado, sin visión ni sensibilidad. La cultura en esta ciudad sufre la falta de buen gobierno», se lamenta Jaime Lissavetzky, portavoz socialista en el Consistorio.
A su juicio, «la 'burbuja' principal del Ayuntamiento se debe a obras exageradamente caras, mal planificadas, mal gestionadas e, incluso, sin uso, como en este caso». «Investigaremos a fondo por qué no se ha terminado la obra y cómo se ha invertido cada céntimo en esta rehabilitación que supera los 12 millones de euros y que a los madrileños no se les permite utilizar», asegura.
«Era previsible que el Gobierno municipal no supiera qué hacer en Daoíz y Velarde, pero para eso están los creadores, los profesionales y sus asociaciones. Con escucharles y escuchar a los madrileños sería suficiente», concluye Lissavetzky.
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