Motivos para solicitar ayuda psicológica

Cuando hay una dolencia en el cuerpo, parece un esfuerzo enorme ir al médico, y muchas personas deciden posponerlo hasta que se vuelve necesario. Lo mismo ocurre cuando se pasa por un momento de depresión o de crisis que afecta a la mente. No es fácil aceptar que existe un problema, pero cuanto antes se afronte, más sencillo será ponerle remedio.

Mucha gente sigue prefiriendo tratarse por su cuenta, resolver sus propias situaciones mediante el conocimiento de uno mismo, como ya se hacía en la antigua Grecia. En cualquier caso, lo cierto es que problemas de diferente índole llenan cada día las consultas de psicología en Madrid.

Las principales causas por las que la gente acude al psicólogo son el estrés y la ansiedad, la falta de autoestima, o las crisis de pareja. La ansiedad es el gran enemigo psicológico al que se enfrenta la gente hoy en día. Puede estar derivada de situaciones en el trabajo, la ausencia del mismo, relaciones de amigos o de pareja, o simplemente por el estrés que produce la vida cotidiana en un mundo tan cambiante que parece ir demasiado deprisa. El mayor problema que presenta la ansiedad es que puede ser el síntoma o el desencadenante de otros trastornos mayores. En el caso de la baja autoestima o la falta de seguridad en uno mismo, puede parecer algo fácil de resolver, o que podría hacerse sin necesidad de ayuda psicológica, pero cada caso es diferente y para algunas personas puede llevar incluso años mejorar. La falta de autoestima también puede provocar dificultad a la hora de relacionarse con los demás, o incluso para desarrollar actividades cotidianas como trabajar o salir a comprar. Los problemas de pareja, por su parte, son otro de los motivos más habituales para acudir al psicólogo y muchas veces el único modo de arreglar la situación. Suelen ser temas derivados de una mala comunicación o dificultades en la convivencia.

Otra de las causas para requerir la ayuda de la psicología, aunque menos frecuente, es después de sufrir un trauma físico o emocional, como pudiera ser un accidente, el fallecimiento de un ser querido o el conocimiento de una enfermedad grave. Aunque todavía hay un cierto rechazo ante la idea de visitar a un psicólogo, es una práctica común que cada vez se ve más natural y no sólo para aquellos con problemas graves, sino para todo el mundo.