miércoles, 16 de junio de 2021

Cultura, tecnología y ecología para atraer turistas de alto impacto a Madrid

Tras la relajación de las restricciones, el Ayuntamiento de Madrid se ha marcado la revitalización del turismo como uno de sus objetivos principales para reactivar la economía de la ciudad. En la actualidad trabaja sobre un plan estratégico a corto plazo, hasta 2023, con un doble objetivo: reposicionar Madrid entre los principales destinos turísticos (urbanos) del mundo y mejorar su atractivo para el llamado “turista de alto impacto”, esto es, el de mayor poder adquisitivo y el que más gasto medio por estancia realiza. El gasto medio por visitante se situaba en los 270 euros, pero se cree que es posible aumentarlo hasta 375 euros para 2030. 

Para ello, una de sus principales bazas será la de visibilizar Madrid como un destino cultural, un proyecto en el que la declaración de la zona comprendida entre el Paseo del Prado y el Retiro como Patrimonio Mundial podría aportar un gran activo. En julio se conocerá si obtiene este reconocimiento. A esto se sumarían otros planes para mejorar las rutas históricas y gastronómicas, un plan de estímulo para la oferta cultural y la creación de un catálogo de experiencias singulares, como los espacios de artesanía, los tablaos o los espacios de restauración centenarios, lo que también serviría para descentralizar la presión turística y llevar ingresos a otros barrios más alejados del Madrid histórico tradicional.  

Dentro del plan estratégico del consistorio se incluye también la adopción de nuevas tecnologías a la hora de recabar datos sobre los usos y preferencias de los visitantes (actividad, desplazamiento, tiempo de visita...) mediante plataformas de inteligencia artificial y Big Data. El uso de la inteligencia artificial para detectar patrones de comportamiento no es nuevo: las plataformas de streaming la emplean para recomendar nuevos títulos a sus usuarios y los casinos online la aprovechan para personalizar recompensas como las tiradas gratis en sus programas de fidelización. 

Otra de las líneas maestras pasa por presentar a Madrid como un ejemplo de sostenibilidad, como una ciudad comprometida con la defensa y el cuidado del medio ambiente. Partiendo de esta premisa, un primer paso sería que la capital española obtuviese la certificación de espacio turístico con huella neutra de carbono, para lo que se requieren medidas eficaces de cara a equilibrar el impacto ecológico soportado a consecuencia de la presión de los visitantes. Dentro de las opciones que se barajan están la reducción del tráfico rodado, la adecuación de las calles para los ciclistas, ayudas destinadas al alquiler de vehículos eléctricos, la construcción de nuevas zonas verdes...

  

¿Y quiénes serían los potenciales visitantes? Desde el ayuntamiento no se quiere descuidar la presencia en el mercado turístico nacional, europeo y británico, pero el siguiente paso será poner la mira en el turista asiático, con China como principal objetivo, norteamericano y latinoamericano, con un apartado especial para los viajeros procedentes de Oriente Medio, cuya media de gasto es la que redunda en un mayor beneficio para la ciudad. Mejorar las conexiones y facilitar la estancia a quienes pasan por Madrid para hacer escala hacia otros destinos son dos de las líneas sobre las que ya se está trabajando.  

Dentro de los 30 millones de presupuesto con los que está dotado este plan hasta 2023, se incluye la campaña Si la vida fuera una ciudad, sería Madrid, enfocada en los mercados estratégicos anteriormente mencionados. Para el segundo semestre del año se plantea la oferta de bonos turísticos como forma de promoción directa. Estos bonos incluirían descuentos en alojamientos, actividades, visitas... para incentivas al turista a alargar su estancia, y podrían suponer un ahorro cercano a los 600 por visitante. 

El potencial turístico madrileño, en opinión de los actuales representantes del gobierno, está infrautilizado, y el gasto directo en este sector se podría ver recompensada por un retorno casi inmediato. Madrid podría situarse entre los principales destinos europeos, y competir de tú a tú con Barcelona dentro de España, que ahora mismo se sitúa como la opción más reconocible para el turista internacional. Con 30 millones de euros para invertir hasta 2023, puede haber un notable margen de mejora. 

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