Fuente: Informe de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción en 2014
Durante el año 2013, se han recopilado los datos de 47 estaciones de control de la contaminación, pertenecientes a las redes de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, por lo que se analizará por separado la situación en la ciudad de Madrid y en el resto de la Comunidad, gestionada por el Gobierno regional.
En la capital los contaminantes que más incidencia presentaron fueron el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico. En dióxido de nitrógeno NO2, de las 24 estaciones que componen la red municipal en ocho de ellas registraron concentraciones medias anuales superiores al valor límite establecido por la normativa (40 µg/m 3). Los peores registros se alcanzaron en la estación de Fernández Ladreda con 54 µg/m3. Tres estaciones, Ramón y Cajal, Barrio del Pilar, y Fernández Ladreda, rebasaron los 200 µg/m3 de concentración horaria en más de 18 ocasiones, que es el número máximo de superaciones del valor límite que permite la normativa. En el caso de las dos últimas, se produjeron más de 36 superaciones. Conviene destacar que Madrid es de las pocas ciudades europeas en la que se registran superaciones del valor límite horario de dióxido de nitrógeno.
En cuanto al ozono troposférico O3 todas las estaciones que miden este contaminante registraron un número muy elevado de superaciones del valor octohorario recomendado por la OMS: más de la mitad de las estaciones sobrepasaron las 75 superaciones; valor que también supera la media de las superaciones registradas por todas las estaciones de la ciudad. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 superaciones en tres años), en un solo año se habrían sobrepasado todas las superaciones permitidas durante tres años. Hubo además cinco estaciones, Casa Campo, Barajas Pueblo, El Pardo, Parque Juan Carlos I y Tres Olivos, que superaron también el valor promedio trianual establecido por la normativa. Asimismo, todas las estaciones, con excepción de Escuelas Aguirre, sobrepasaron en varias ocasiones el umbral de información a la población. En total se produjeron 78 superaciones de dicho umbral.
Resulta destacable que en la misma ciudad de Madrid se hayan registrado elevados niveles de contaminación en ambos contaminantes (dióxido de nitrógeno y ozono troposférico). Que las estaciones ubicadas en el interior de parques o en zonas periurbanas de la ciudad, cómo es el caso de las estaciones de Retiro, Casa Campo, Barajas Pueblo, El Pardo, Parque Juan Carlos I o Tres Olivos, hayan registrado valores altos en ozono y bajos en dióxido de nitrógeno es lo que cabe esperar en este tipo de estaciones que miden la contaminación de fondo urbano. Sin embargo, que las estaciones de Barrio del Pilar, Plaza del Carmen, Escuelas Aguirre y Fernández Ladreda, hayan registrado valores altos de ambos contaminantes a lo largo del mismo año, es un hecho destacable.
En último lugar, cabe señalar las 16 superaciones registradas en la estación de Moratalaz del valor máximo diario de dióxido de azufre SO2 que la OMS recomienda no superar nunca. Un contaminante atípico en Madrid, por su baja actividad industrial y la no presencia de ninguna central energética o incineradora, fuentes principales de este contaminante en zonas de interior. La única fuente existente en la ciudad de Madrid son las escasas calderas de carbón para calefacción que aún quedan en algunos edificios de la ciudad.
En ozono troposférico O3 todas las estaciones que miden este contaminante registraron un número muy elevado de superaciones del valor octohorario recomendado por la OMS: el 73% de las estaciones sobrepasaron las 75 superaciones. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 superaciones en tres años), en un solo año se habría sobrepasado en toda la Comunidad de Madrid todas las superaciones permitidas durante tres años.
Los peores registros tuvieron lugar en el Corredor del Henares, la Sierra Norte, Cuenca del Alberche y Cuenca del Tajuña, con tres estaciones en torno o por encima de las 150 superaciones (Orusco de Tajuña, Guadalix de la Sierra y El Atazar), y cuatro en torno o por encima de las 100 superaciones (Villarejo de Sabanés, Villa del Prado, Algete y Arganda del Rey). De las 23 estaciones que miden ozono, doce de ellas superaon además el valor promedio trianual establecido por la normativa: Alcalá de Henares, Alcobendas, Algete, Arganda del Rey, Torrejón de Ardoz, Alcorcón, Colmenar Viejo, El Atazar, Majadahonda, Guadalix de la Sierra, San Martín de Valdeiglesias y Villarejo de Sabanés. Asimismo, en el Corredor del Henares, la zona Urbana Sur, la zona Urbana Noroeste y la Sierra Norte, hubo varias estaciones que sobrepasaron en más de una ocasión el umbral de información a la población.
Respecto a las partículas se registraron superaciones de las medias anuales recomendadas por la OMS para PM10 y/o PM2,5 en todas las zonas que componen el territorio de la Comunidad, con excepción de la Sierra Norte y la Cuenca del Tajuña.
El cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de la ciudad de Madrid y las ciudades ubicadas en el Corredor del Henares, la zona Urbana Sur, y la zona Urbana Norte, como las principales zonas contaminadas, aunque también se producen elevados índices de contaminación por ozono troposférico en el resto de la región. La causa principal de los altos niveles de contaminación de la región es el elevado tráfico rodado que circula diariamente por los corredores de acceso y salida de la capital, así como el intenso tráfico que tiene lugar en su interior. Además, la contaminación generada en el área metropolitana de Madrid se extiende por todo el territorio madrileño, dando lugar a la formación de ozono troposférico que incide muy negativamente durante los meses estivales en zonas tan alejadas como la Sierra Norte, la cuenca del Alberche o la cuenca del Tajuña; lugares por otro lado elegidos por muchos habitantes de Madrid para pasar los fines de semana y periodos vacacionales.
El Plan de calidad del aire de la ciudad de Madrid 2011-2015, aprobado en 2012, y la Estrategia de calidad del aire y cambio climático de la Comunidad de Madrid 2013-2020 (Plan Azul +),
aprobada en 2014, contemplan la reducción del NO2, así como del ozono a través de la disminución de sus precursores (óxidos de nitrógeno y COV’s). Sin embargo ambos planes contienen importantes deficiencias. Las principales son que no establecen ninguna regulación obligatoria ni planificación concreta para modificarel actual modelo de movilidad de la región, que necesita urgentemente reducir el tráfico de vehículos privados. Muchas de las medidas no son más que acciones voluntarias vía incentivos y recomendaciones que no son concretas ni proporcionales a la magnitud de la reducción de emisiones que es preciso alcanzar para lograr una adecuada calidad del aire en la región. En definitiva, no resultan planes creíbles, ya que pocas medidas de las que se incorporan son medibles (su ejecución y eficacia), alcanzables, realistas, sujetas a plazos y disponen de un presupuesto comprometido para su realización.
Durante el año 2013, se han recopilado los datos de 47 estaciones de control de la contaminación, pertenecientes a las redes de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, por lo que se analizará por separado la situación en la ciudad de Madrid y en el resto de la Comunidad, gestionada por el Gobierno regional.
En la capital los contaminantes que más incidencia presentaron fueron el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico. En dióxido de nitrógeno NO2, de las 24 estaciones que componen la red municipal en ocho de ellas registraron concentraciones medias anuales superiores al valor límite establecido por la normativa (40 µg/m 3). Los peores registros se alcanzaron en la estación de Fernández Ladreda con 54 µg/m3. Tres estaciones, Ramón y Cajal, Barrio del Pilar, y Fernández Ladreda, rebasaron los 200 µg/m3 de concentración horaria en más de 18 ocasiones, que es el número máximo de superaciones del valor límite que permite la normativa. En el caso de las dos últimas, se produjeron más de 36 superaciones. Conviene destacar que Madrid es de las pocas ciudades europeas en la que se registran superaciones del valor límite horario de dióxido de nitrógeno.
En cuanto al ozono troposférico O3 todas las estaciones que miden este contaminante registraron un número muy elevado de superaciones del valor octohorario recomendado por la OMS: más de la mitad de las estaciones sobrepasaron las 75 superaciones; valor que también supera la media de las superaciones registradas por todas las estaciones de la ciudad. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 superaciones en tres años), en un solo año se habrían sobrepasado todas las superaciones permitidas durante tres años. Hubo además cinco estaciones, Casa Campo, Barajas Pueblo, El Pardo, Parque Juan Carlos I y Tres Olivos, que superaron también el valor promedio trianual establecido por la normativa. Asimismo, todas las estaciones, con excepción de Escuelas Aguirre, sobrepasaron en varias ocasiones el umbral de información a la población. En total se produjeron 78 superaciones de dicho umbral.
Resulta destacable que en la misma ciudad de Madrid se hayan registrado elevados niveles de contaminación en ambos contaminantes (dióxido de nitrógeno y ozono troposférico). Que las estaciones ubicadas en el interior de parques o en zonas periurbanas de la ciudad, cómo es el caso de las estaciones de Retiro, Casa Campo, Barajas Pueblo, El Pardo, Parque Juan Carlos I o Tres Olivos, hayan registrado valores altos en ozono y bajos en dióxido de nitrógeno es lo que cabe esperar en este tipo de estaciones que miden la contaminación de fondo urbano. Sin embargo, que las estaciones de Barrio del Pilar, Plaza del Carmen, Escuelas Aguirre y Fernández Ladreda, hayan registrado valores altos de ambos contaminantes a lo largo del mismo año, es un hecho destacable.
En último lugar, cabe señalar las 16 superaciones registradas en la estación de Moratalaz del valor máximo diario de dióxido de azufre SO2 que la OMS recomienda no superar nunca. Un contaminante atípico en Madrid, por su baja actividad industrial y la no presencia de ninguna central energética o incineradora, fuentes principales de este contaminante en zonas de interior. La única fuente existente en la ciudad de Madrid son las escasas calderas de carbón para calefacción que aún quedan en algunos edificios de la ciudad.
Comunidad de Madrid
Con respecto al resto de la Comunidad de Madrid, los contaminantes que mayor incidencia presentaron fueron el ozono troposférico, y de forma más localizada las partículas PM10 y PM2,5.En ozono troposférico O3 todas las estaciones que miden este contaminante registraron un número muy elevado de superaciones del valor octohorario recomendado por la OMS: el 73% de las estaciones sobrepasaron las 75 superaciones. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 superaciones en tres años), en un solo año se habría sobrepasado en toda la Comunidad de Madrid todas las superaciones permitidas durante tres años.
Los peores registros tuvieron lugar en el Corredor del Henares, la Sierra Norte, Cuenca del Alberche y Cuenca del Tajuña, con tres estaciones en torno o por encima de las 150 superaciones (Orusco de Tajuña, Guadalix de la Sierra y El Atazar), y cuatro en torno o por encima de las 100 superaciones (Villarejo de Sabanés, Villa del Prado, Algete y Arganda del Rey). De las 23 estaciones que miden ozono, doce de ellas superaon además el valor promedio trianual establecido por la normativa: Alcalá de Henares, Alcobendas, Algete, Arganda del Rey, Torrejón de Ardoz, Alcorcón, Colmenar Viejo, El Atazar, Majadahonda, Guadalix de la Sierra, San Martín de Valdeiglesias y Villarejo de Sabanés. Asimismo, en el Corredor del Henares, la zona Urbana Sur, la zona Urbana Noroeste y la Sierra Norte, hubo varias estaciones que sobrepasaron en más de una ocasión el umbral de información a la población.
Respecto a las partículas se registraron superaciones de las medias anuales recomendadas por la OMS para PM10 y/o PM2,5 en todas las zonas que componen el territorio de la Comunidad, con excepción de la Sierra Norte y la Cuenca del Tajuña.
El cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de la ciudad de Madrid y las ciudades ubicadas en el Corredor del Henares, la zona Urbana Sur, y la zona Urbana Norte, como las principales zonas contaminadas, aunque también se producen elevados índices de contaminación por ozono troposférico en el resto de la región. La causa principal de los altos niveles de contaminación de la región es el elevado tráfico rodado que circula diariamente por los corredores de acceso y salida de la capital, así como el intenso tráfico que tiene lugar en su interior. Además, la contaminación generada en el área metropolitana de Madrid se extiende por todo el territorio madrileño, dando lugar a la formación de ozono troposférico que incide muy negativamente durante los meses estivales en zonas tan alejadas como la Sierra Norte, la cuenca del Alberche o la cuenca del Tajuña; lugares por otro lado elegidos por muchos habitantes de Madrid para pasar los fines de semana y periodos vacacionales.
El Plan de calidad del aire de la ciudad de Madrid 2011-2015, aprobado en 2012, y la Estrategia de calidad del aire y cambio climático de la Comunidad de Madrid 2013-2020 (Plan Azul +),
aprobada en 2014, contemplan la reducción del NO2, así como del ozono a través de la disminución de sus precursores (óxidos de nitrógeno y COV’s). Sin embargo ambos planes contienen importantes deficiencias. Las principales son que no establecen ninguna regulación obligatoria ni planificación concreta para modificarel actual modelo de movilidad de la región, que necesita urgentemente reducir el tráfico de vehículos privados. Muchas de las medidas no son más que acciones voluntarias vía incentivos y recomendaciones que no son concretas ni proporcionales a la magnitud de la reducción de emisiones que es preciso alcanzar para lograr una adecuada calidad del aire en la región. En definitiva, no resultan planes creíbles, ya que pocas medidas de las que se incorporan son medibles (su ejecución y eficacia), alcanzables, realistas, sujetas a plazos y disponen de un presupuesto comprometido para su realización.
Informe sobre la calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2012 por Ecologistas en Acción
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