jueves, 1 de junio de 2006

Descanse en paz

Ayer, 31 de mayo de 2006, falleció. Se encontraba en el bulevar del paseo de Recoletos.

Se trataba de una sófora o acacia del Japón de 12 metros de alto, 150 centímetros de ancho.

El pobre árbol tenía una inclinación de 35 grados.

Un extenso estudio, que Dios sabe lo que habrá costado, que contaba incluso con imágenes de resonancias efectuadas a la sófora y mediciones efectuadas por resistrógrafos y tomógrafos, dictaminó que el árbol se encontraba hueco.

Ante la posibilidad de que el árbol pudiera caer encima de un peatón, el perfido Gallardón decidió la ejecución del árbol. Antes la humanidad que la clorofila (amigos de la Logse, la clorofila no es un dentrífico...).

Se espera las protestas airadas de Ecoloplastas en Acción.




El verdugo en el momento de la ejecución.


Más información en:

Un «TAC» decide la tala de un árbol en el eje Prado-Recoletos

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