jueves, 15 de febrero de 2007

La Comunidad de Madrid y las normas de convivencia en los centros escolares


El borrador elaborado por el Gobierno regional sobre las normas de convivencia que deben cumplir los centros educativos en Madrid establece, entre otras cosas, la prohibición de que los alumnos usen teléfonos móviles en clase y se expulsará a los que graben o difundan agresiones o humillaciones.

Este nuevo código de buenas conductas escolares ha sido presentado por el vicepresidente primero de la Comunidad, Ignacio González y ahora tendrá que remitirse al Consejo Escolar para su redacción definitiva. En la nueva norma se otorga más autoridad a los profesores y directores, prohíbe el uso de cualquier aparato electrónico en las aulas que pueda distraer la atención de los alumnos y establece como faltas más graves, sancionadas con la expulsión, los comportamientos de acoso y violencia o los que atenten contra la dignidad e integridad de las personas.

Así mismo, cada centro elaborará su propio Plan de Convivencia en el que figurarán las normas de comportamiento que los alumnos deberán cumplir obligatoriamente. Las faltas consideradas leves podrán ser sancionadas de manera inmediata por cualquier profesor del centro.

Dentro de estas faltas leves se incluye el uso de teléfonos móviles y aparatos eléctricos en clase y la reiteración de estas conductas puede ser castigada con la realización de trabajos después de las clases o con la suspensión del derecho de asistencia al colegio durante un plazo máximo de seis días. Esta misma sanción se aplicará a los que cometan actos de indisciplina, tengan repetidas faltas de asistencia o provoquen daños en las instalaciones del centro.

Las faltas más graves deberán ser provadas y comprobadas y se sancionarán con la suspensión del derecho de asistencia, el cambio de centro o la expulsión del alumno en última instancia. Se pretente así conseguir que sea el agresor el obligado a cambiar de centro escolar, no el agredido.

Idéntica sanción se contempla también para los casos en que se lesionen los derechos de las personas, su integridad física o su dignidad, así como el acoso y las humillaciones contra alumnos y personal del centro. Se incluye también aquí la grabación, publicidad o difusión, a través de cualquier medio o soporte, de agresiones o conductas contrarias a las normas de convivencia.

Esperemos que estas normas sirvan para garantizar el desarrollo normal de la actividad escolar y consigan que el acoso sea perseguido y castigado. En todo caso, es un medio más para luchar contra un mal (entre otros muchos) del que adolece la educación en España.

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