El Hospital Universitario del Henares ha comenzado a realizar el contacto “piel con piel” de la madre y su recién nacido también en las cesáreas, bien urgentes bien programadas, siempre que se cumplan unos mínimos requisitos de seguridad para ambos. Esta práctica, que tiene múltiples beneficios para ambos y ya se venía haciendo de manera normal en los partos vaginales, se ha extendido a las cesáreas, dentro del programa de parto humanizado de este hospital público de la Comunidad de Madrid.
El Hospital Universitario del Henares está siguiendo las recomendaciones de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) y de la Organización Mundial de la Salud, que destacan la importancia de que el contacto piel con piel comience inmediatamente tras el nacimiento, ya que aporta números beneficios tanto para el recién nacido como para su madre, incluidas las cesáreas.
La cesárea es una intervención quirúrgica que se realiza cuando el parto vaginal no es posible o conlleva algún riesgo para la madre o para el feto. Tradicionalmente, el recién nacido es llevado a una cuna en reanimación donde se le realizaba una primera valoración, era examinado, identificado y se le administraba la profilaxis ocular y hemorrágica antes de ser entregado a su padre. Mientras, la madre permanecía separada en la sala de reanimación.
Contacto piel con piel
Según el nuevo protocolo del hospital, tras el nacimiento del recién nacido, las matronas lo colocarán sobre el pecho de su madre sin interposición de ropa en el mismo quirófano. En esa postura, se realizarán todos los cuidados necesarios del bebé mientras que los ginecólogos continúan los trabajos de la cesárea con la madre. Después ambos serán trasladados directamente al paritorio donde las matronas velarán por la correcta aclimatación del recién nacido al mundo extrauterino y por la correcta recuperación de la madre tras la intervención quirúrgica.
La separación de la madre con su hijo sólo estará justificada en caso de que la integridad física o psíquica de alguno de ellos estén en riesgo. Entre los beneficios del “piel con piel” para el recién nacido destacan la correcta regulación de la temperatura y la recuperación de la glucemia, se reduce el llanto y la respiración del recién nacido es más profunda y regular. El bebé tiene menos estrés, disminuyendo su actividad motora y la pérdida de peso del neonato. La instauración de la lactancia materna es más eficaz y las tomas son más prolongadas.
Para la madre, el contacto piel con piel tiene también numerosos beneficios entre los que destacan el aumento de la producción de leche materna, favorece la contracción uterina, disminuyendo el sangrado, mejora la percepción de la madre hacia su parto, disminuyendo la depresión postparto. Aporta además confianza en la capacidad de cuidar a su hijo.
Establecimiento de la lactancia
Las dos primeras horas después del nacimiento son fundamentales para el establecimiento de la lactancia materna ya que hay una clara asociación entre el inicio precoz con más altas tasas de éxito en la lactancia materna. Cuando el recién nacido está junto a su madre, se le está facilitando el reconcomiendo del olor materno y se ayuda al establecimiento del vínculo materno filial.
Durante las primeras tomas de pecho del recién nacido, la familia estará siempre supervisada por matronas para ayudar a que esas primeras tomas sean realizadas en la posición correcta.
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