I parte: EdiNburgo
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Me comenta algún nostálgico de las cavernas que Edinburgo no es comparable a Madrid por ser una ciudad mucho mas compleja ortográficamente -tanto que los españoles no pueden escribir su nombre sin reemplazar la n original- y que eso justifica tener unas infraestructuras tercermundistas, ancladas en la edad de la piedra.
Abrumado por el peso de semejantes argumentos, me veo forzado a volver mi mirada a otra de mis ciudades mas queridas de Europa, Bruselas. Desde la exposición Universal de 1958 hasta 1990, Bruselas inició un ambicioso programa de obras públicas con el objetivo de mejorar la red viaria de la ciudad. El resultado el mejor y mas largo sistema de túneles de Europa de aquella época, y una de las capitales con el tráfico mas fluido.
El Leopoldtunnel, entre Ijzer y Charles Quint llevaba desde las afueras al mismo centro en pocos minutos fue en su tiempo el túnel urbano mas largo del mundo. El Tunnel Belliard conectaba directamente las instituciones europeas con la autorruta de Liege y el grand Ring, la autopista que rodea a Bruselas. El Túnel Cincuentenario conecta la opulenta parte oriental de Bruselas con el centro. La sección oriental del Petit Ring, la ronda que rodea al centro histórico, se podía recorrer sin detenerse en ningún semáforo.
Sin embargo, tan colosal programa de ingeniería tuvo un parón inesperado y se dejó sin terminar por la desidia e inoperancia de los gobiernos posteriores.
El Leopoldtunnel que absorbe todo el tráfico de salida de Bruselas hacia el oeste iba a terminar en la autopista de circunvalación, pero por el momento queda un kilómetro por construir, y desemboca en la bulliciosa calle Charles Quint, en un absurdo cruce con giros a la izquierda.
El Tunnel Belliard, debiera haber llegado hasta el Petit Ring pero sólo se ha construido hasta la relativamente estrecha rue Belliard, una de las principales calles de oficinas de Bruselas, con enorme tránsito y frecuentes bloqueos de carriles por carga y descarga.
El Tunnel Cincuentenario y la entrada desde aeropuerto tampoco también debieran haber llevado hasta el petit Ring, pero sólo están terminados hasta la Rue de la Loi, paralela a la rue Belliard, una calle de horribles edificios de oficinas de los años 70 con los mismos problemas.
Ni siquiera el Ring, la circunvalación de Bruselas se llego a concluir, terminando en el estrecho Tervurentunnel y continuada por una peligrosa autovía.
Los resultados: atascos monumentales, ruidos, molestias y degradación del entorno para los vecinos y trabajadores del entorno y un descenso de la fluidez del tráfico.
El caso es que para solucionar estos problemas sólo hacen falta pequeñas obras de ingeniería, túneles inferiores al kilometro, nada comparable a las monumentales obras de Madrid. Pero en Bruselas hace una decada que no se construye absolutamente nada. La unica respuesta del incompetente alcalde socialista, Freddy Thielemans, ha sido repavimentar las aceras de la Rue de la Loi y Charles Quint y plantar cuatro enredaderas, ya renegridas por los humos del enorme tráfico.
Diez años sin ser capaces de hacer nada, en un país donde se paga mas de la mitad del sueldo en impuestos, cuando Gallardón ha construido es 2 1/2 años mas kilómetros de túnel que los que existen en toda Bruselas. Piénsenlo la próxima vez que alguien les diga que las obras de la M-30 no son una maravilla de la ingeniería.
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