lunes, 22 de diciembre de 2008

Mensaje navideño del Alcalde de Madrid

Gallardón felicita la Navidad a los madrileños



Intentamos, en estos días de Navidad, cuidar los vínculos que, como una malla densa y resistente, sostienen nuestra convivencia, para así renovarla y hacerla más fuerte. El año que pronto comienza va a poner a prueba ese entramado de afectos y compromisos, que es el que define a Madrid, y nos va a dar la oportunidad de demostrar la clase de sociedad que hemos construido. Durante los años en que los madrileños hemos trabajado duramente para modernizar la ciudad, nunca hemos olvidado el propósito solidario y la orientación social que dotaba de sentido a ese gran esfuerzo. Ahora, cuando esos progresos sirven para atenuar las consecuencias de una grave crisis nacional, pero cuando, a pesar de todo, los efectos de ésta se hacen sentir también en la vida de muchas familias madrileñas, cobra plena vigencia esa significación solidaria que nos caracteriza como una metrópoli de escala humana, consagrada a las necesidades de las personas.

Como Alcalde que conoce bien las actitudes de los madrileños, estoy seguro de que vuestra respuesta a esta crisis, al igual que en otros momentos difíciles de nuestra historia, va a ser de tesón y generosidad, y que saldremos de ella reforzados como sociedad aún más comprometida con las aspiraciones de progreso y seguridad de quienes pueden sentirse más vulnerables. Es cierto que actualmente contamos con una ciudad renovada, unas infraestructuras de vanguardia y un entorno urbano más amable y hospitalario, y que esos avances, fruto de un sentido previsor, pueden ayudarnos a recuperar el dinamismo antes que otras grandes ciudades del mundo. Pero, por encima de todo eso, hoy valemos lo que nuestro afán de cercanía a los demás, lo que nuestra disposición a la colaboración, lo que nuestra mentalidad abierta e integradora, que destierra la intransigencia y evita las trampas del miedo o la insensibilidad. Ésa es la enseñanza que, con modestia, pero también con nitidez, podemos compartir con la gran Nación de la que somos capital. Pienso que ha llegado un tiempo nuevo, en el que todos, de los trabajadores a los empresarios, de los responsables políticos al conjunto de la ciudadanía, tenemos que centrarnos en las tareas esenciales y superar las divisiones artificialmente creadas en la sociedad en los últimos años, sin renunciar a las ideas propias, pero siendo conscientes, como hace tres décadas, cuando supimos hacer ese ejercicio de inteligencia y buena voluntad que culminó en la Constitución, de que los grandes retos, como ciudad y como país, sólo podemos afrontarlos juntos.

Tenemos en el horizonte muchos de esos retos, que nos permitirán demostrar que sabemos estar a la altura de las circunstancias y que saldremos adelante, igual que en otras ocasiones. Y junto a la economía, quiero referirme especialmente a dos de esas metas. Una es la erradicación de toda forma de violencia en el seno de nuestra sociedad, como la que sufren tantas mujeres, o como la que se ha cobrado la vida de cuatro inocentes a manos del terrorismo. El otro desafío, de naturaleza mucho más gozosa, es el que este año nos va a brindar momentos de intensa emoción, y espero que de alegría, al apurar la recta final de la carrera olímpica. Podemos convencer al mundo de que Madrid es la mejor ciudad del planeta para celebrar los Juegos de 2016, y sé que todos vais a volcaros en las citas sucesivas en que habremos de confirmarlo, desde la visita del Comité Olímpico Internacional en mayo a la decisión definitiva en octubre.

Este año vamos a conocer, pues, horas de esfuerzo y perseverancia, que al final deben verse recompensadas. Vuestro Alcalde os desea que las viváis, desde estas mismas fechas, con alegría y confianza. Feliz Navidad.

Vídeo del Mensaje de Navidad 2008 del Alcalde de Madrid

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