viernes, 26 de octubre de 2007

Chirimbolos fuera. No más socialistadas en Madrid por favor

Estoy con Didi, vaya castaña pilonga de publicidad que se nos está instalando por toda la ciudad. Hablo de esto:





El Ayuntamiento está anegando Madrid con centenares de mamotretos como esos que ya habréis visto en vuestras calles, por angostas u olvidadas que estén. Voy a dejar a un lado el hecho de que se puedan obtener beneficios para las arcas municipales con ellos, porque yo soy partidario incluso de que los sacerdotes llevaran publicidad en las sotanas como los futbolistas en las camisetas. Hay formas y formas, claro que cabe la publicidad en nuestras calles.

Me molesta sobre todo el terrible impacto visual que me están produciendo cada vez que me cruzo con uno, y recuerdo día a día, la polémica por la medidas que este mismo Ayuntamiento aprobó hace nada, aquellas para evitar "un escaparate descontrolado, caótico y desordenado que afea el paisaje urbano", es decir, hablamos de la prohibición de los neones en fachadas, comercios, restaurantes, farmacias etc...

Hablamos de una sobre actuación de los gobiernos sobre las libertades de los particulares basándose en sus caprichos para controlar la estética de la ciudad. Volvemos a jugar a Sim City, el político al contrario que en el mítico juego, nunca debería llegar a esos extremos tan socialistas, donde se restringe primero la libertad del ciudadano para someterlo después al capricho del Regidor. Lo peor de todo es que primero decide regular si la empresa privada puede vestir piercing o tatoo para comerciar en Madrid, y acto seguido, hoy, decide que los madrileños debemos llevar trencitas.

Trencitas horrorosas estos aparatos de publicidad que ya inundan las calles, afean los paisajes y perdone que le diga, pero glamour para Madrid, poco -nada, menos uno-.

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