viernes, 26 de octubre de 2007

La azarosa trayectoria de la Operación Chamartín

26 de octubre de 2007
Por Raúl



Las últimas noticias sobre el desbloqueo de la Operación Chamartín han vuelto a llamar la atención sobre esta operación urbanística gigantesca que lleva más de 14 años gestándose y que debido a su complejidad y dificultades, aún no ha podido arrancar por falta de entendimiento entre las Administraciones central, regional y local.

La zona norte de Madrid está amputada en gran parte por los enormes terrenos que componen la playa de vías de la Estación de Chamartín, lo que ocasiona unos grandes embudos a ambos costados de la misma, en la A-1, y aísla el barrio del Pinar de Chamartín.

La ciudad desea desde hace tiempo, liberar terrenos allí para poder acabar la urbe en su extremo norte, construyendo viviendas y terciario, pero también nuevos parques y viales que descongestionen el área, y suturen la herida, incluyendo la prolongación del Paseo de la Castellana otros tres kilómetros más, y la conexión de lado a lado de la playa de vías mencionada, convertida en un inmenso parque.
Todo ello soterrando las vías.


los terrenos de la OPCH desde la planta 50 de la Torre Sacyr
Los terrenos pertenecen al Estado, Ministerio de Fomento, que tiene desde hace tiempo el propósito de obtener pingües plus valías de los terrenos ferroviarios, vendiéndolos a un consorcio de empresas que los edificarán.

Con esos dineros, Fomento dispondrá de fondos para acometer obras importantes ferroviarias en la zona de Madrid, entre otras la modernización de la propia Estación de Chamartín, o eso promete, aunque hay quien cree que esos fondos acabarán en Cataluña.

Las empresas interesadas, esencialmente el BBVA y la constructora San José, ofrecen al Ministerio, 1.200 millones de euros por los terrenos.

Es indudable el negociazo que será para ellas, ya que se multiplicará su valor, una vez edificados, de eso no hay duda alguna.

Pero la CAM y el Ayuntamiento que asimismo son poseedores de terrenos en la zona contigua a la Estación (cocheras de la EMT y depósitos y canalizaciones del Canal YII), deben ser según ley, quienes recalifiquen los terrenos ferroviarios en edificables, y lo que es más, tendrán que cargar con los costes como consecuencia de convertir en ciudad la zona de vías, implementar los transportes, los servicios y suministros, y organizar toda la operación, urbanísticamente hablando.

Por ello, están de acuerdo en la OPCH, pero desean participar en las plus valías a obtener por la jugosa operación, dado que en su mano está la llave jurídica de la que depende la recalificación, y en su espalda el costo de la urbanización y de procurar movilidad, transportes y servicios a los miles de nuevos ciudadanos que vendrán a los nuevos barrios.

 los terrenos de la OPCH desde la planta 50 de la Torre Sacyr
Y en ello estamos. En la pugna por el euro.

Los diseños y planes parciales ya están elaborados, los parámetros de edificabilidad y urbanísticos, definidos.

Faltaba el acuerdo, o más bien la renuncia de los que fueron en su día propietarios de los terrenos expropiados por RENFE para construir la Estación, que amenazaban con paralizar la operación, si no se les reconocían los derechos de reversión correspondientes, al cambiarse el uso mediante recalificación, de unos solares expropiados en su día para Estación, y no para rascacielos ni viviendas.

Al parecer, 300 millones ofrecidos por una empresa gallega, les han convencido y dejarán de ser un obstáculo y una espada terrible de Damocles para la operación.

La empresa, a cambio, participará con su correspondiente porcentaje en la misma.

Imagen virtual de la Operación Chamartín
Queda pues, solamente el acuerdo entre Administraciones.

Pero hete aquí que dentro de 4 meses escasos habrá elecciones generales, y según cualquier observador imparcial, puede que éstas sean condicionantes, habida cuenta de las multimillonarias cifras que esta operación moverá.

Nada es imposible, y podríamos asistir a un rápido acuerdo, pero mucho me temo que no va a ser así y seguramente la OPCH y la prolongación de la Castellana, el by-pass norte, y los nuevos edificios deberán esperar al resultado electoral.

Los terroríficos problemas de Fomento con el AVE y las cercanías en Barcelona, los plazos para la puesta en marcha de las nuevas líneas AVE, y las constantes reprobaciones y solicitudes de dimisión hechas una y otra vez por todos los grupos políticos, salvo el PSOE, tienen a Doña Magdalena Álvarez, al borde del ataque de nervios y de una depresión de caballo, a pesar de que su desparpajo andaluz pretende paliar tan triste realidad.

No está el horno para bollos, y la OPCH más que bollo, es un chollo para Fomento, y no sé yo si el PP está dispuesto ahora mismo a dar semejante balón de oxígeno a Dª Magdalena, sin contrapartidas claras, contantes y sonantes, a tres meses de las elecciones generales, que quien sabe si ganándolas, no pudieran ser mayores (las contrapartidas, claro).

Pero, tiempo al tiempo.

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