viernes, 5 de septiembre de 2014

El Monasterio de Santa María la Real recupera parte de sus muros

La Comunidad está llevando a cabo trabajos de restauración y consolidación en el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en el término municipal de Pelayos de la Presa. Esta construcción medieval del siglo XII es el único monasterio de estilo cisterciense de la región y el tercero más grande de la zona, tras el de San Lorenzo de El Escorial y el de Santa María de El Paular.

Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias
El director general de Patrimonio Histórico, Ignacio Muñoz Llinas, que ha visitado las obras que se están realizando en los muros del transepto norte, ha explicado que desde 2005 hasta 2013 la Comunidad destinó 503.571 euros para frenar el deterioro de este monumento declarado bien de interés cultural (BIC) en 1983. Entre las actuaciones que se han realizado están el desescombro de la cúpula de la capilla mozárabe y de las estructuras anexas al monasterio, la consolidación los muros y arcos de la iglesia así como el apuntalamiento y reparado de las bóvedas del claustro y dependencias anexas. Además se han realizado planos del monasterio, estudios geotécnicos y trabajos arqueológicos de documentación histórica.

Todo ello en coordinación con la Fundación Municipal Santa María la Real de Valdeiglesias, titular del monasterio y encargada de su gestión y conservación -su anterior propietario, el arquitecto Mariano García, cedió gratuitamente el conjunto a dicha fundación-.

Por su parte, el Ayuntamiento de Pelayos de la Presa está desarrollando trabajos de restauración y consolidación estructural en el claustro del monasterio bajo la supervisión de la Dirección General de Patrimonio Histórico.

Único monasterio cisterciense de la región


Desde la época visigoda, esta comarca del oeste de la Comunidad de Madrid fue centro eremítico de primer orden, acogiendo gran número de templos y ermitas, hasta el punto de que Valdeiglesias es el término actual de lo que en su día se llamó El Valle de las Iglesias.

En 1150, en tiempos de Alfonso VII El Emperador, los doce templos mozárabes existentes en El Valle de las Iglesias se unificaron bajo la Regla de San Benito, fundándose el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias. En 1177 Alfonso VIII trajo monjes del Monasterio de la Santa Espina de Valladolid, incorporándose la Orden Cisterciense. A partir de entonces, la historia del monasterio de Valdeiglesias siempre estuvo ligada al Císter y durante los siglos XII y XIII, fue el centro hegemónico del valle.

A lo largo de los siglos se fueron sucediendo las transformaciones arquitectónicas en el monasterio, pero su estructura original responde casi literalmente al esquema tipológico de los conventos cistercienses. La iglesia se sitúa en el límite norte, y el callejón de los conversos y la capilla ochavada (un pequeño recinto de forma cuadrada) están dispuestos entre el muro sur de la iglesia y el muro norte del claustro. Éste se encuentra rodeado por la sacristía, la sala capitular y la zona de monjes, al este; la cocina y el refectorio (comedor), al sur; y la zona de legos y la hospedería, al oeste. Los restos del claustro, de estilo gótico, son probablemente de la fecha de reconstrucción de la iglesia, en el siglo XV o XVI.

La iglesia es de una sola nave de gran tamaño. La cabecera está realizada en sillería de granito con dos hojas y relleno de mampostería y con el ábside circular, flanqueado por otros dos pequeños ábsides de planta cuadrada al exterior y circular al interior. Los muros del resto de la nave de la iglesia son de mampostería de tipo mudéjar.

Hoy se conservan, aunque no completas, las bóvedas románicas de cañón de las capillas de la cabecera, dos arcos perpiaños de la nave de la iglesia y un arco inferior del antiguo coro. Y se mantiene la portada de la iglesia de sillería barroca, aunque ha perdido parte de sus remates ornamentales y de su estabilidad.

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